Los árboles hablan
Investigar en Huelva
Un proyecto de la Universidad de Huelva quiere saber cómo reaccionarán los bosques ante el cambio climático
En la Universidad de Huelva /UHU) están dispuestos a que los bosques no sean otra víctima más del cambio climático. El grupo de investigación Análisis y Planificación del Medio Natural, perteneciente al Departamento de Ciencias Agroforestales, ha conseguido financiación para un proyecto muy competitivo.
Reyes Alejano es profesora titular de la UHU e investigadora responsable del proyecto que ha logrado fondos de la Fundación Biodiversidad, que pertenece al Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) aunque hay un trasfondo de investigación nada desdeñable que también levantó el interés de la National Geographic y la concesión de una beca al equipo de esta investigadora.
El objetivo del estudio es observar el comportamiento de los bosques viejos ante el cambio climático. Alejano explicó que “existen muy pocos bosques viejos en Europa y en la Península Ibérica. Algunos de ellos están en el Parque Natural de la Sierra de Cazorla (Jaén) y en el de la Sierra de María (Almería) que son los escogidos por el grupo investigador onubense.
En ambos ámbitos geográficos se encuentran ejemplares de pino salgareño con edades que alcanzan el milenio. Esta especie es muy frecuente en la mitad oriental de la península, como también comenta Reyes Alejano.
La elección de la Sierra de María, más meridional que la de Cazorla, tiene como explicación el encontrarse más cerca del límite ecológico de la especie, con mayores condiciones de aridez, y donde por lo tanto hay más sensibilidad a las oscilaciones de clima.
Una de las herramientas utilizadas en el trabajo es la dendrocronología, ciencia que estudia el crecimiento de los árboles a partir de sus anillos de crecimiento. Si estudiamos árboles muy longevos, en esos anillos se refleja su historia vital.
En ellos pueden identificarse incendios, oscilaciones de clima, cortas de madera, plagas que han afectado al bosque, etcétera.
La elección de la especie del pino salgareño en el estudio de la Onubense, no tiene una significación especial si se exime el hecho de que protagoniza la formación del bosque más antiguo de la Península Ibérica.
Ante este panorama, una de las metas del proyecto es prever cómo las especies pueden comportarse ante el hecho de que el actual cambio climático se consolide. Pero ahí no se queda el trabajo. También se quiere hacer una comparativa que permita remarcar las diferencias que existen entre el comportamiento de los bosques viejos y jóvenes frente a distintos escenarios de cambio climático y eventos climáticos extremos: “El bosque viejo tiene una dinámica diferente pues se encuentra en una fase más avanzada de desarrollo con características de estructura y composición diferenciadas ”. Y eso que siempre hay que tener en cuenta que un bosque es mucho más que un conjunto de árboles, es un sistema ecológico con todo un cortejo de especies asociadas
Los bosques viejos son además un modelo hacia donde dirigir la gestión de masas más jóvenes, especialmente de las localizadas en zonas protegidas y donde el principal objetivo de la gestión es la Conservación. Y por ello en distintos países se está enfatizando el estudio de estas formaciones, y se está trabajando en la búsqueda de indicadores comunes para diferenciarlos y caracterizarlos.
Aunque el método de trabajo es el estudio de los anillos de crecimiento de los árboles, Reyes Alejano lanzó un mensaje de tranquilidad ya que el procedimiento no es destructivo, es decir, no es necesaria la tala de pies. En este sentido, la investigadora apuntó que “la toma de datos es rápida. Se realiza mediante la extracción con barrenas especializadas de pequeños cilindros de madera, que se utilizan para realizar las mediciones
El pino de toda la vida
A un nivel más general, la profesora de la Universidad de Huelva quiso salir al paso del cuestionamiento que últimamente se está realizando de la eficacia del pino como un buen instrumento de reforestación. Reyes Alejano explicó que “el pino es una especie muy importante para la cuenca mediterránea y tiene un buen poder regenerador ante los incendios de carácter natural”. Añadió que “los estudios polínicos, realizados en distintos niveles geológicos, señalan que siempre han formado parte de nuestro paisaje incluido el onubense”.
Alejano lanzó asimismo, un cierto mensaje de esperanza al indicar que la península no se encuentra en sus peores momentos respecto a lacubiertaforestal. Este es, en verdad, un problema histórico que España, en concreto, ha tenido que ir afrontando en diferentes etapas de su historia. A partir de la década de los 30 del siglo pasado parece, no obstante, que hubo un cierto cambio de mentalidad que se tradujo en una potente reforestación que afectó a distintos lugares del país.
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