Romántica, Italia-España, 2009, 109 minutos. Dirección: Silvio Muccino. Guión: S. Muccino y Carla Vangelista. Fotografía: Arnaldo Catinari. Música: Andrea Guerra. Intérpretes: Silvio Muccino, Aitana Sánchez-Gijón, Carolina Crescentini. Cine: Alameda.

Háblame de amor aspira al premio a la película más cursi de la temporada con sus estampas del amor romántico e idealizado y sus altas pretensiones de producto moderno y con estilo. La dirige Silvio Muccino (actor al que vimos en Manuale d'amore), quien, por lo visto, lleva en las venas todo el ADN necesario para hacer este tipo de películas: su hermano Gabriele es el director de la muy popular El último beso y el responsable de los dos últimos e indigestos pastelitos norteamericanos protagonizados por Will Smith, En busca de la felicidad y Siete almas.

La cosa va de un encuentro fortuito entre un joven descarriado (interpretado por el propio Muccino, quien no necesita abuela que le diga lo guapito que sale) y una interesante (sic) mujer casada (nuestra Aitana Sánchez-Gijón, cubriendo la cuota española de la coproducción). Entre diálogos sonrojantes sobre perros y veterinarios y escenas dignas de un anuncio de perfume barato, la parejita pasea por las calles de Roma para entablar una amistad en la que ella ejerce de maestra sentimental y él de aplicado alumno dispuesto a superar sus traumas. Como son modernos, sensibles y cultos, van a la ópera y al cine a ver películas clásicas o hablan de libros y poetas.

Muccino confunde romanticismo con cursilería, trascendencia con banalidad, profundidad con sopor y modernidad con estilo MTV, y todo ello a partir de sus propios materiales (la película se basa en su novela), lo que delata aún más si cabe su desorientación de primerizo con ínfulas de autor. Aunque no tanto. En realidad, lo que quiere el muchacho es seguir de cerca la estela de su hermano mayor y marcharse a Hollywood, donde este tipo de cine gusta más y se paga, seguro, mucho mejor que aquí.