'Don Giovanni', el seductor en el laberinto, regresa al Maestranza

La directora de escena Cecilia Ligorio propone una mirada renovada a la ópera de Mozart y se pregunta "quiénes queremos ser frente a las sombras".

Fino teatro para Manuel García

Una escena de esta producción de 'Don Giovanni'. / Guillermo Mendo

Don Giovanni regresa con su espíritu dionisíaco y su rechazo a las convenciones al Teatro Maestranza, donde se verá los días 4, 8, 10, 11 y 12 de octubre, en una reciente producción de la Ópera de Colonia y con una mirada renovada en la que la directora de escena Cecilia Ligorio indaga en el entorno del libertino para preguntarse “quiénes queremos ser frente a las sombras”.

Ligorio, que explicó su relectura del clásico en un vídeo, al estar preparando para el Teatro Massimo de Palermo otro proyecto, confesó que se sintió “aterrorizada” cuando recibió el encargo, pero pronto dio con una idea en la que le interesaba adentrarse: la pregunta de quiénes queremos ser una vez hemos sucumbido a los instintos y hemos conocido esa otra parte de nosotros que no se atiene a la razón. “Más que un personaje, Don Giovanni es una fuerza: la fuerza del caos, de lo impredecible. Esta energía que desestabiliza la vida de todos más que un ser es un devenir, es un movimiento”, sostiene la creadora italiana, que quiere ver en el seísmo provocado por el conquistador la lucha del “ser humano que se enfrenta a sus sombras: a la muerte, a los celos, a sus obsesiones”.

La directora se apoya en la escenografía de Gregorio Zurla para trasladar estos conceptos y dispone sobre las tablas un laberinto “que cada vez que Don Giovanni hace algo que desestabiliza a los personajes se mueve”. Junto a un vestuario de Vera Pierantoni Giua que concentra la “esencia” de cada personaje, en esta producción también juega un papel destacado la coreógrafa Daisy Ransom Phillips, que en su trabajo explora “el otro lado de la libertad”. La bailarina californiana, que ha colaborado en varias de las obras de Sidi Larbi Cherkaoui, anticipa que la danza es “para Cecilia una metáfora de los deseos del cuerpo” y está presente aquí desde el comienzo: la obertura se plantea “como un solo de danza contemporánea. Hemos tenido suerte con los cantantes, el que estrenó el espectáculo en Colonia y los dos que se alternan en Sevilla, porque son muy abiertos de mente”.

En lo musical, tomarán la batuta los mexicanos Iván López-Reynoso y Mariano García Valladares. El primero regresa al Maestranza cinco años después de un Così fan tutte en el que “los músicos de la ROSS y yo no nos veíamos las caras, llevábamos mascarillas”, y vuelve ahora entre la “responsabilidad” ante el “vínculo obvio del mito de Don Juan con la ciudad” y la alegría de interpretar “la ópera perfecta. Todo lo que un director o un cantante buscan está en esta obra: la gran dramaturgia, la música excelente, la teatralidad, la construcción psicológica... y un compositor que propone contrastes, otras líneas estéticas”.

López-Reynoso considera a Mozart “el puente que enlaza la ópera barroca con todo lo nuevo. Los compositores no existieron para ser viejos, sino para ser modernos. Tomaban elementos del pasado, pero miraban al futuro. Nuestro reto es encontrar un equilibrio, pero en esta ópera siempre es interesante dar un paso adelante, ir más alla”, opina el maestro.

En el reparto, en el que Alessio Arduini y Jan Antem se meterán en la piel de Don Giovanni, los intérpretes valoran la lucidez con la que Ligorio enfoca el material humano que perfiló Lorenzo Da Ponte en el libreto. “En otras producciones, más allá del protagonista, los otros personajes suelen ser unidimensionales. Pero con Cecilia son personas complejas que no se reducen a un sentimiento: Doña Elvira es amor, pero también ira. Es uno de los detalles más atractivos que tiene este proyecto”, argumenta Pablo Martínez, que en algunas funciones encarga a Don Ottavio. David Menéndez refuerza esta impresión: otras veces que interpretó a Leporello “lo hacía como un Sancho Panza, para entendernos, el ayudante tontorrón”, pero en esta revisión “es un tipo inteligente, muy distinto”. Ransom Phillips ahonda también en la solidez de los personajes femeninos. “Cecilia les otorga dignidad, no las ve como víctimas, como personas débiles”.

Don Giovanni se programa dentro del Festival de Ópera de Sevilla, donde dialoga con otro de los títulos, Don Juan no existe, de Helena Cánovas. El clásico de Mozart llegará a las futuras audiencias y tendrá un preestreno para menores de 30 años este jueves. “La mejor atmósfera que se genera en el Maestranza”, celebra el director del teatro Javier Menéndez, “es con los jóvenes. En los aplausos, parece un concierto de rock: los cantantes se sienten abrumados”.

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