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Cultura

Las edades de la moda

  • Tres diseñadores, con visiones y experiencias distintas, analizan el pasado y el presente del sector con motivo del certamen Andalucía de Moda, que el martes inicia una cuarta edición como escaparate del diseño andaluz

“Con un mes de escuela no se puede querer ser creativo, ni con dos meses querer ser famoso”.  Así comienza su clase improvisada Tony Benítez, todo un maestro de la costura española. Más de cuatro décadas vistiendo a la alta sociedad española avalan las palabras de este sevillano.

Le escucha con la atención de un alumno aplicado Antonio García (La Algaba, Sevilla, 1966), un diseñador, con veinte años de trayectoria, que sigue la acertada senda de los pasos cortos y firmes. Su madre, modista de profesión que tuvo a su cargo a las últimas oficialas de Balenciaga, fue su primera escuela. Los tiempos han cambiado pero el maestro de Guetaria sigue inspirando las colecciones de las nuevas generaciones. Como las que presentará el jueves Antonio en su primer desfile individual.

Entre historia y presente, Rosa Calderón (Coria del Río, Sevilla, 1977) permanece atenta a las explicaciones de estos dos diseñadores. Ambos comparten un profundo respeto hacia este mundo. Por eso reniegan de quien se introduce en él buscando los focos y la fama. Antonio lo resume así:“Hay mucha prisa de éxito”.

Tony Benítez apunta que “antes de innovar, hay que ver mucha moda y estudiar, estudiar mucho para conocer lo que han hecho los grandes y respetar nombres como Balenciaga o Courrèges” y aconseja a los dos jóvenes diseñadores que escuchen y pregunten: “Hay que ser como una esponja y beber de todas las fuentes del arte: la literatura, la música y el cine pero, sobre todo, ir siempre con humildad a los sitios”.

El martes Rosa Calderón participará, junto con otros nueve candidatos, en la cuarta edición del concurso de noveles de la principal pasarela andaluza. “Presento una colección inspirada en la exuberancia de las faldas del siglo XIX, los polisones, miriñaques y las faldas de doble capa”. Para ella, el premio es estar sentada esta tarde al lado de una historia viva de la moda en una conversación trufada de anécdotas y emocionantes recuerdos.

Tony la observa con atención. A sus 74 años, su veterano olfato le hace distinguir el talento innato de quien quiere llamar la atención con polémicos desfiles pensados ad hoc. Tony creía en su talento. Lo sabía desde que, con apenas cinco años,  hacía dibujos a escondidas de su padre. “Eran otros tiempos y decir entonces que querías dedicarte a la moda era tabú. Cuando le di a mi madre mi primer dibujo casi me meten interno para que fuera cura”, dice. Afloran unas lágrimas.

A los 27 años, abandonó la comodidad de la vida como practicante con consulta propia en Sevilla por la aventura de buscarse la vida en la capital delReino. “Llegué a Madrid. Y para entrar en la alta costura me fui casa por casa vendiendo botones a los grandes, Pertegaz, Elio Berhanyer... Yo no era modisto pero confiaba en mí. Fui a la casa Rango, donde se vestía la duquesa de Alba y la Casa Real, a vender mis botones y con el tiempo, me invitaron a que pasara al taller para ver cómo las oficialas los colocaban. Allí empecé a saber que era la alta costura a medida... Un día hice un dibujo, lo coloqué en la tienda de botones que tenía, conocí a la mujer de un taxista que era modista y lo cosió. Una pianista se enamoró del traje. Se lo vendí por 2.500 pesetas. Esa misma tarde se trajo tres amigas más”, recuerda. Ahí nació todo. Luego llegó la Casa Real, clientas de renombre y mujeres de médicos, abogados. “Pero nunca olvido los comienzos”, sostiene. “Lo bueno es el boca a boca”, le aconseja a Rosa. “Haz un traje. Confía en él. Y que tu prima o tu amiga lo pasee por fiestas... Si es bueno, llegarán a ti los pedidos”.

Antonio García coincide en esta idea. Preside hoy la asociación de Diseñadores Empresarios de Moda de Andalucía (Adema) y trabaja porque la moda que se hace aquí salga fuera. “Para darle su sitio hay que analizarla y hacer autocrítica,  sin complejos pero con humildad. Hay mucha valía y hay que apoyar ese potencial, pero está claro que Andalucía nunca ha tenido la infraestructura de moda que han tenido otras regiones o países”. Tony apoya estas iniciativas pero pide que se distinga la paja del grano. “Hay que apoyar a quien se lo merece y no dar ayudas por cubrir la cuota”, opina. Tony Benítez brinda la suya a Antonio y a Rosa. La edad no perdona y dice que se retira. Seguirá de cerca sus carreras, como un maestro.

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