Cultura

Una ermita consagrada a la creación

  • Alanís se convierte en el refugio de los profesionales del teatro y la danza gracias a su residencia artística La localidad cede espacios a las compañías para que preparen sus nuevos proyectos

Cuando en el siglo XV se levantó en Alanís la Ermita de San Juan, sus constructores no podían imaginar el destino que aguardaba a aquel edificio que parece vigilar a los habitantes desde el cerro donde se ubicaba. Aquel inmueble fue la primera parroquia que tuvo el municipio de la Sierra Norte de Sevilla, pero hoy alberga las manifestaciones más insospechadas: el verano pasado, el guatemalteco Mario González, profesor de clown del Circo del Sol, impartió allí un taller que congregó a una veintena de alumnos de Francia, Dinamarca, Bélgica, Italia y Suiza; unos meses después, en diciembre, se desplazaba desde Los Ángeles la compañía del coreógrafo Seonagh Odiambo; el mayo pasado la formación de Sharmini Tharmanatham desplegaba las sugerencias del kathak, una de las danzas clásicas de la India... Todo gracias a la iniciativa pionera que desde hace dos años defiende el Ayuntamiento de la localidad y por la que esta población de menos de dos mil habitantes atrae a algunos de los profesionales más destacados de las artes escénicas: ofrecer de manera gratuita a los creadores un espacio en el que trabajar y preparar sus propuestas.

En un tiempo en el que la asfixia económica impone sus obstáculos, desde Alanís se abren puertas mediante un sistema de trueque, tal como apunta el concejal de Cultura Arturo Fernández. "La idea es que la compañía que visite Alanís ofrezca algo a los vecinos: una representación, un curso...", cuenta el edil. La Residencia Artística Casa de las Artes brinda también a los asistentes, además de la ermita, en cuya intervención se ha dispuesto un escenario y un suelo para danza, un antiguo hogar para ancianos dotado de una cocina industrial y con capacidad para alojar a unas 17 personas.

La idea de recuperar estos espacios empezó a gozar de una proyección internacional desde que sus promotores presentaron el proyecto en la feria de artes escénicas Mercartes. "A partir de entonces el teléfono se disparó", recuerda Fernández. Desde entonces, Alanís ha sido el refugio en el que se han preparado montajes como El Gran Inquisidor de Gregor Acuña, Té con gambas de Ana Ropa e Isa Ramírez, Reconstrucción de Fernando Lima, Lirio entre espinas de Guillermo Weickert o Cartas de Miua Teatro; donde han ensayado alumnos de escuelas como El Callejón de las Artes y Viento Sur o músicos de la orquesta de improvisación Entenguerengue. Una actividad que promete continuar, ya que el calendario está cerrado hasta julio de 2015: la coreógrafa Bárbara Sánchez y el músico Miguel Marín (Árbol) están entre los próximos artistas que aprovecharán las posibilidades de esta residencia.

En estas dos últimas semanas, la Ermita de San Juan ha acogido dos encuentros promovidos por la PAD, la Asociación de Profesionales y Compañías para el Desarrollo de la Danza en Andalucía, en los que intérpretes, coreógrafos y gestores culturales han reflexionado sobre las estrategias para dar visibilidad a un sector castigado por las circunstancias pese al talento y la estimulante diversidad de las propuestas que ha demostrado en los últimos años. La PENCCA (Proyecto Escénico Nadando Contra Corriente en Andalucía) se ha dividido en un encuentro preliminar centrado en la formación y la experimentación en danza contemporánea que ha reunido a una veintena de estudiantes y profesionales, y una segunda cita en la que los integrantes de la PAD y otras asociaciones españolas han debatido la forma de mejorar capacidades y habilidades y de encontrar alianzas en un entorno adverso.

En este último foro, que ha contado con la colaboración de Zemos98, diferentes gestores culturales han presentado sus proyectos. Entre ellos, el Mes de Danza, que apostará este año, según desveló María González, por "un formato más atractivo para los programadores" con el objetivo de que la "dinámica" creación andaluza logre una mayor proyección "nacional e internacional"; el sello Dance From Spain, con el que las compañías se presentan en el exterior y que hace circular la información de las agrupaciones por ferias; el encuentro coreográfico de Almería Costa Contemporánea o propuestas como Casa Tomada o La Buena Aventura, que han respondido a la escasa atención por la danza de la oferta cultural en ciudades como La Coruña y Málaga. Todos ellos reflexionaron sobre algunos aspectos como los nuevos modelos de gestión, la falta de sensibilidad de las administraciones hacia los problemas que aquejan al sector o el (inevitable) desaliento que amenaza a los profesionales de las artes escénicas.

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