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Cultura

El flamenco más heterodoxo canta al Abate Marchena

  • Tomás de Perrate y Proyecto Lorca explican al ilustrado español desde lo ‘jondo’ en el espectáculo ‘Revolución’, que recupera para uso cultural el castillo de Utrera

El cantaor Tomás de Perrate ensayando con los músicos de esta propuesta

El cantaor Tomás de Perrate ensayando con los músicos de esta propuesta / Juan Carlos Muñoz

Tomás de Perrate (1964) es un cantaor laboriosamente confeccionado entre la herencia recibida y lo que algunos como él le están sumando al flamenco más solvente. Un artista cincelado en el paisaje de Utrera, en el fuego de las mejores casas cantaoras (Miguel Torre, Perrate de Utrera, El Lebrijano…), pero que anda metido en esa nueva generación de exploradores que va de Rocío Márquez a Niño de Elche. “Yo me siento siempre en mitad de un camino: me veo si miro pa’atrás, me veo si miro pa’lante”, dice para explicar lo suyo. Porque él sabe que el flamenco no es sumisión, sino un pasito adelante. Y que está cargado de porvenir de tanto pasado que arrastra.

Ahora emprende expedición, junto a Proyecto Lorca, en Revolución. Música popular, música cautivada y flamenco al filo de la Revolución francesa. Este espectáculo, que aspira desplegarse hasta donde el cante aún no ha llegado, tiene por brújula a Pedro G. Romero. Y de ahí sólo puede salir algo distinto. “El flamenco empezó con la Revolución francesa y la reconsideración de la idea de pueblo”, asegura el artista, quien se sirve de lo jondo y sus alrededores para explicar a José Marchena y Ruiz de Cueto (Utrera, 1768-Madrid, 1821), más conocido como el Abate Marchena, el gran heterodoxo español sacado del olvido por el año cultural que le viene celebrando su localidad natal.

“Es un concierto para el público habitual del flamenco y para cualquier amante de la música. Tendrá invitados muy especiales que aportarán nuevos timbres y formas de entender el flamenco”, explica Tomás de Perrate. “Será nuestra interpretación de las músicas de la época del Abate, un recital con sorpresas en sus transiciones y finales que asombrará por su puesta en escena”, añade sobre una propuesta, que ofrecida en una única sesión -el viernes 15 de junio, a las 22 horas-, servirá para la recuperación del castillo de Utrera como espacio cultural. “La gente está muy acostumbrada a que mezcle estilos, por lo que Revolución no les va a sorprender”, remata el cantaor.

“Será nuestra interpretación, con sorpresas, de las músicas de la época del Abate”, dice Tomás de Perrate

De esta forma, el espectáculo da cabida a las músicas que pudo oír el Abate Marchena, quien despacha una biografía llena de episodios desmesurados, extremos y que se nutren de lo mejor y de lo peor de su época. De las aventuras periodísticas destinadas al golpe político al ingreso en la prisión de La Conciergerie de París por orden de Robespierre. Del viaje con las tropas de José I a la España invadida a la traducción de Voltaire o Rousseau. “En un cuerpo débil y enclenque esconde, bajo un exterior sucio y repulsivo, un alma ardiente y enérgica, extensos conocimientos, un entusiasmo desinteresado por la libertad y talento para el panfleto”, dijeron de él sus enemigos.

“Acaso Marchena se cruzó con todos estos sonidos. Desde la Ritirata notturna di Madrid de Boccherini hasta La Tirana de la Convención de Beethoven, desde el Fandango de Dionisio Aguado hasta las Seguidillas de Fernando Sor y viejas saetas y tonás, hasta evocaciones de lo que acabaría siendo la Soleá de Julián Arcas”, explica Pedro G. Romero, quien ya transitó por esta senda en el montaje Goyescas para el Bicentenario del 2 de Mayo en Madrid. Junto a ellos, John Coltrane y el primer poema fonético dadaísta de Hugo Ball. Y el Himno de Riego. Y Mambrú se fue a la guerra. Y el romance de Melinda Insomne, esa canción popular que cantaban los círculos jacobinos más radicales.

‘Revolución’ es la primera parada del nuevo álbum del cantaor, con la producción de Refree

Pero hay más. Esta Revolución es la primera parada del nuevo proyecto discográfico de Tomás de Perrate, Soleá sola, que incorporará algunos fragmentos grabados en esta cita de la programación del Año Abate, diseñada por Cristóbal Ortega. “El trabajo de Utrera se completará en la Bienal de Flamenco (19 de septiembre) y en algún teatro francés”, señala Pedro G. Romero, quien celebra la participación en la aventura de Raül Fernández, Refree, como productor. “Él está verdaderamente encantado porque está trabajando con otras tesituras, no con la afinación que le exigían Silvia Pérez Cruz o Rosalía, sino con la voz arenosa y cavernosa de Tomás de Perrate”, explica.

Junto al cantaor y Proyecto Lorca –formado por los utreranos Juan Manuel Jiménez y Antonio Moreno-, se suman a esta revisión musical de la figura del Abate Marchena las guitarras de Alfredo Lagos, Antonio Duro y José Torres Vicente y la voz de Rocío Guzmán, así como los saxos de Antonio Bocanegra, Sergio Calle, Juan Carlos Matas y Rafael Rodríguez y las percusiones de Darío Vallecillo. “Utrera es especialmente sensible a todo tipo de mezclas. Incluso dentro de nuestro patrimonio flamenco, cada intérprete es distinto pero tiene un denominador común que es original de aquí”, explica Tomás de Perrate, quien tiene brumas de flamenco distinto.

Tras Revolución, la Banda Sinfónica Unificada de Utrera estrenará en el castillo el viernes 22 una suite para banda, narrador-solista y coro dedicada al ilustrado José Marchena. También interpretarán piezas de Arriaga y Barbieri, del que presentan una selección de su zarzuela más francesa. La obra que cerrará el concierto será la Obertura 1812 de Tchaikovsky, que retrata los heroicos hechos de principios del siglo XIX que marcaron a Europa de la mano de Napoleón. Su final triunfal incluye una salva de disparos de cañón y repique de campanas. En su interpretación participarán el coro de la Asociación Filarmonía de Sevilla y la asociación de campaneros de Utrera.

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