Dirección: Manolo Gómez 'Kaky'. Ayudante de dirección: Ángela Muriel. Dirección de sonido y luces: Antonio González. Intérpretes: Rocío Proy, Lola Astola, Mª Paz Luque, Encarna Peña, Javier Luque, Pepe Rodríguez, Carlos Ruiz. Fecha: Miércoles 10 de abril. Lugar: Teatro Lope de Vega. Aforo: Tres cuartos.

Según el programa de El nido, la Agrupación Álvarez Quintero "desempolva" obras de los famosos utreranos demostrando la "arrolladora actualidad" de sus personajes y desterrando así los "tópicos" que los maledicentes siguen vertiendo sobre su extenso legado. Polvo aún queda, la verdad, y tópicos, los de siempre, los justos para que el aficionado a los Quintero se lo pase bien, que de eso se trata. Creer que El nido se actualiza por introducir en su texto referencias al euro, al whatsApp o por llenar la elipsis entre los actos con un vídeo a la moda muda sólo puede responder a la maldad o a la ingenuidad: y es que quien no va a los Quintero para bucear en su memoria afectiva lo hace, precisamente, por lo conmovedor de sus anacronías, por vislumbrar un estadio más allá del rigormortis. Más que una agrupación de amigos, los Quintero necesitarían una de enemigos que reanimaran su dramaturgia a partir del destripado de sus textos y la esperpentización de sus personajes.

Y hasta que eso no ocurra (siempre se han hecho obras maestras en teatro y en cine a partir de originales de bajísima calidad), no existirá nada que no sea lo que, con exquisita profesionalidad, ofrecieron ayer Manolo Gómez Kaky y su intergeneracional troupe, el sainete cronometrado sobre la batalla de los sexos y la apología de la sabiduría popular junto con la de la riña con fugas tragicómicas y final feliz. Cuando estos personajes miran al patio de butacas buscando aquiescencia, sólo encuentran aliados. Si alguna vez quisieran ser actuales (y no hace falta), tendrían que dinamitar ese vínculo.