Crítica de Música

La fuerza expresiva de Onofri

Cabría plantear la pertinencia de cerrar la temporada de la Orquesta Barroca con un programa como el que anoche y hoy presenta en el Teatro Lope de Vega. Porque no es esta pequeña ópera de Haydn una obra que entusiasme al público en general y que lo predisponga a subscribir el abono de la temporada que próximamente se anunciará.

Hayd siempre es Haydn, claro, y aquí el gran creador quiso posiblemente experimentar con las posibilidades dramáticas de la orquesta, asumiendo la boga que por entonces tenía el nuevo género del melodrama (melólogo en España), en el que los actores recitaban un drama con el colchón expresivo de las intervenciones orquestales. En esta joyita dramática de Metastasio Haydn plantea seis arias y un cuarteto final en medio de amplios pasajes de recitativos orquestales de fuerte carga dramática y que exigen una dirección minuciosa y teatral y una orquesta flexible y preparada para súbitos cambios expresivos.

Exhibición de técnica orquestal en una ópera experimental de Haydn

Todo un ejercicio de expresividad orquestal que tuvo en Onofri al director ideal, dada su capacidad para extraer setido narrativo de cada parte de un compás y así lo volvió a demostrar en los abundantes pasajes en los que la orquesta subraya el sentido de cada palabra. La OBS le siguió con flexibilidad y brillo, con intervenciones solistas de muchos quilates.

Estupendo el cuarteto vocal seleccionado, especialmente en el caso de una Mameli capaz de sombrear y llenar de claroscuros su sonido. Brillante Frigato, muy en el papel de ingenua; potente Bettini (algo nasal) y muy lírico Sordo, con tendencia a sonidos fijos.

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