Crítica de Música

La fuerza de los maestros

Con el Mosaïques en Sevilla se nos vienen a la memoria infinidad de recuerdos que vinculan al grupo con los inicios de la interpretación de la música de cámara del Clasicismo bajo criterios historicistas, cuando la Música Antigua apenas si se atrevía a cruzar la fatídica frontera de la desaparición de Bach y Haendel. En aquel entonces este cuarteto nos descubrió una nueva dimensión de la escucha, alternativa a la de los cuartetos más consagrados de la tradición; una escucha que nos descubría otras texturas, otras sonoridades, otras formas de frasear.

Han pasado los años y las aproximaciones a este repertorio se han ido renovando y hoy día podemos degustar de formas más enérgicas y dinámicas de acentuar, pero el Mosaïques sigue, tras el paso del tiempo, mostrando la validez de su enfoque personal de la manera de abordar este repertorio.

Lección de elegancia expresiva sin perder la perspectiva del estilo clásico

Sin recargar los ataques y sin recrearse en la aspereza de los golpes de arco, los integrantes de este cuarteto no dejan por ello de buscar el fraseo apropiado para cada pasaje, recreándose en los acentos fundamentales y envolviéndolos en un fraseo delicado, matizado, de perfiles redondeados. Sobre la base de un diálogo entre iguales, se disfruta de un magnífico empaste y de un sonido homogéneo, con un uso expresivo y puntual del vibrato.

María Hinojosa se plegó hasta el más mínimo detalle a la expresión musical del sentido trágico del texto. Pero faltó brillo en una voz de emisión trasera, poco liberada, con problemas para proyectarse.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios