Hallado en Finlandia un cuadro perdido hace dos siglos del pintor barroco andaluz Antonio del Castillo

El museo Villa Gyllenberg de Helsinki confirma que el 'San Pedro Mártir' pertenece al pintor barroco cordobés y formaba parte de una serie de diez retratos para el convento de San Pablo

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Cuadro 'San Pedro Mártir'

El museo de arte finlandés Villa Gyllenberg ha confirmado este martes 11 de junio de 2025 que una obra de su colección atribuida a autor desconocido es, en realidad, un lienzo del pintor barroco español Antonio del Castillo y Saavedra (Córdoba, 1616-1668) que se consideraba perdido desde hace casi dos siglos. El hallazgo representa un importante descubrimiento para el patrimonio artístico español, recuperando una pieza que desapareció durante la desamortización de Mendizábal en 1835.

Se trata de un óleo sobre lienzo de 173 x 80 centímetros titulado San Pedro Mártir, pintado entre 1650 y 1655, que formaba parte de una serie de diez retratos de santos que el maestro cordobés realizó específicamente para el convento dominico de San Pablo, en Córdoba. La obra se perdió tras la confiscación y venta de los bienes eclesiásticos durante el proceso desamortizador del siglo XIX, desconociéndose su paradero hasta ahora.

El descubrimiento se produjo gracias a la visita que la conservadora jefe de Villa Gyllenberg, Lotta Nylund, realizó al Museo de Bellas Artes de Córdoba en la primavera de 2024. Durante su recorrido, Nylund observó una placa que mostraba la serie completa de los diez santos pintados por Del Castillo, con seis obras expuestas y cuatro espacios en blanco correspondientes a las piezas desaparecidas, el primero de los cuales indicaba: San Pedro Mártir – paradero desconocido.

Un hallazgo casual que conecta dos museos europeos

La conservadora finlandesa tuvo una revelación instantánea al reconocer posibles similitudes con una de las piezas de la colección de su museo en Helsinki. "Cuando llegué a casa, comparé las medidas de las obras y leí toda la bibliografía disponible, y cada vez me parecía más probable que el cuadro de Villa Gyllenberg fuera en realidad una de las piezas perdidas de la serie Córdoba", explicó Nylund en el comunicado oficial emitido por el museo.

Tras esta sospecha inicial, el museo finlandés contactó inmediatamente con el Museo de Bellas Artes de Córdoba, donde la noticia fue recibida con enorme entusiasmo. Para certificar la autenticidad de la obra, Villa Gyllenberg invitó al historiador de arte José María Palencia Cerezo, reconocido experto en la obra de Antonio del Castillo, a examinar personalmente el lienzo en Helsinki. El especialista cordobés confirmó que, efectivamente, se trataba del San Pedro Mártir desaparecido hace casi dos siglos.

El óleo, que ha sido sometido recientemente a un delicado proceso de restauración, será expuesto al público a partir de mañana, 12 de junio, en el museo Villa Gyllenberg dentro de la muestra "Espíritu de los tiempos. Colección Ane Gyllenberg", donde compartirá espacio con creaciones de destacados artistas finlandeses.

La desamortización de Mendizábal y la dispersión del patrimonio artístico español

Este hallazgo pone de manifiesto, una vez más, las consecuencias que tuvo la desamortización impulsada por Juan Álvarez Mendizábal en 1835 para el patrimonio artístico español. Durante este proceso, el Estado expropió numerosos bienes eclesiásticos que posteriormente fueron subastados o vendidos, provocando la dispersión de importantes colecciones de arte por todo el mundo.

En el caso concreto del convento dominico de San Pablo en Córdoba, el conjunto de diez lienzos de santos pintados por Antonio del Castillo quedó fragmentado. Hasta ahora, sólo se conocía el paradero de seis de estas obras, que permanecen en el Museo de Bellas Artes de Córdoba. El descubrimiento del "San Pedro Mártir" en Helsinki reduce a tres las pinturas de esta serie que continúan en paradero desconocido.

Los expertos consideran que este hallazgo podría propiciar nuevas investigaciones para localizar las tres piezas que aún faltan por recuperar de este importante conjunto pictórico del Siglo de Oro español. La aparición de San Pedro Mártir en Finlandia demuestra que estos lienzos podrían encontrarse en colecciones privadas o públicas de cualquier parte del mundo, sin que sus actuales propietarios conozcan su verdadera autoría y valor histórico-artístico.

Cuadro 'San Pedro Mártir'

Antonio del Castillo y Saavedra: figura clave de la pintura barroca cordobesa

Antonio del Castillo y Saavedra (1616-1668) es considerado uno de los máximos exponentes de la escuela pictórica cordobesa del siglo XVII. Formado inicialmente en el taller de su padre, Agustín del Castillo, completó posteriormente su aprendizaje con José de Sarabia. Su obra se caracteriza por un estilo naturalista de fuerte personalidad, con un dibujo preciso y una paleta sobria, rasgos propios de la pintura barroca española.

Durante su trayectoria, Del Castillo recibió numerosos encargos de instituciones religiosas cordobesas, destacando su trabajo para el convento dominico de San Pablo, donde realizó la serie de diez santos a la que pertenece el lienzo ahora redescubierto en Finlandia. Además, cultivó con maestría el dibujo, conservándose un importante conjunto de sus trabajos gráficos en la Biblioteca Nacional de España.

La pintura religiosa constituye la parte más significativa de su producción, aunque también realizó retratos y escenas de género de gran calidad. Su influencia fue determinante en la evolución de la pintura cordobesa de la segunda mitad del siglo XVII, siendo maestro de artistas como Juan de Alfaro.

¿Qué representa San Pedro Mártir en la iconografía católica?

San Pedro de Verona, más conocido como San Pedro Mártir, fue un predicador dominico italiano del siglo XIII que murió asesinado por herejes en 1252 mientras viajaba de Como a Milán. Canonizado apenas un año después de su muerte, se convirtió en uno de los santos más venerados de la Orden de Predicadores.

En la iconografía tradicional, San Pedro Mártir suele representarse con el hábito blanco y negro de los dominicos, portando la palma del martirio y, frecuentemente, con un machete o hacha clavada en la cabeza, en alusión al instrumento de su martirio. En algunas representaciones, como probablemente en el cuadro de Antonio del Castillo, también aparece con un libro, simbolizando su labor como predicador y defensor de la fe.

El culto a este santo fue especialmente importante en los conventos dominicos españoles durante el siglo XVII, lo que explica su inclusión en la serie de diez santos encargada a Antonio del Castillo para el convento de San Pablo de Córdoba. La devoción a San Pedro Mártir estaba relacionada con su papel como protector contra la herejía, aspecto muy valorado en la España de la Contrarreforma.

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