Las jornadas a bordo del cazaminas Sella son ininterrumpidas. Durante 24 horas, los cinco días de la semana y con descansos de fines de semana. Así se ha concebido el trabajo que durante estas semanas ha emprendido la tripulación, que aparte de los 41 marinos que integran su dotación, se amplía con el oficial sondeador y los integrantes del equipo mixto de buceadores mixto procedentes de Defensa y del Centro de Arqueología Subacuática (CAS).

A bordo del cazaminas han prospectado las aguas, mediante avanzados sistemas de detección (alcanzando los 200 metros de profundidad). Mecanismos que se han ido alternando (sondador multihaz, de barrido lateral o de profundidad variable) y que han realizado buena parte de su objetivo durante la noche. "Es necesario hacer turnos para vigilar el sistema", comentaba uno de los miembros de la tripulación.

Una tarea que se completa con la labor de la lancha hidrográfica transportable en la obtención de datos de profundidad y de naturaleza del fondo.

Con todo, una vez localizado un 'contacto' por el sónar, es necesario clasificarlo y comprobar si responde a restos de interés mediante el sondeo multihaz.

La identificación corresponde a los vehículos de control remoto y al trabajo del buceador. Su jornada es de mañana, si bien, cada día de inmersión se enfrentan a la reducida visibilidad de la zona, como consecuencia del maremagnun de corrientes y a sus fondos arenosos. Tanto es así que la visibilidad ronda a veces el medio metro.

Pero juntos han superado las adversidades, logrando rastrear hasta 350 millas lineales de esta zona de gran potencial arqueológico.

La sinergia de todos los medios humanos y materiales les ha permitido realizar una labor sin precedente en el marco de la arqueología subacuática nacional, en los trabajos de búsqueda y localización de pecios. En total han localizado 128 restos, de los cuales han logrado identificar 15 y sólo uno ha sido considerado de gran interés arqueológico.

Pero se trata únicamente de los primeros resultados. Ahora toca explorar con más lujo de detalles las áreas de interés, una vez interpretados y analizados en gabinete todos los datos logrados en el mar.

Serán los técnicos y arqueólogos del Centro de Arqueología Subacuática los encargados de desempeñar esta labor de análisis in situ durante el año que resta de campaña, siempre que las condiciones meteorológicas resulten óptimas. Los mismos que determinen con exactitud el valor de un pecio. Al menos uno, de entre los entre 500 y 800 sumergidos en las costas gaditanas y de los más de tres mil de los que presume el litoral español.