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Luis Eduardo Aute. Músico

"La preocupación por seguir las modas me ha parecido siempre una aberración"

  • El cantautor, poeta y pintor celebra sus 50 años de carrera, este viernes, con un concierto en Fibes. La actuación se abre con un mediometraje del creador, 'Vincent y el giraluna'.

Luis Eduardo Aute (Manila, 1943) mira atrás con motivo de sus 50 años en la música y recuerda este viernes con un concierto en Fibes algunos de los temas emblemáticos de su carrera. Pero el autor de Al alba o Una de dos promete mostrar al artista que no entiende de disciplinas, que es también poeta, pintor y cineasta y que persigue transmitir, emocionar, no importa el lenguaje en el que se exprese.

-Empecemos por el principio del concierto. Proyectará el mediometraje Vincent y el giraluna, en el que hace un homenaje a Van Gogh.

-La mitad de la película es una puesta en imágenes de una fábula que cuento en los conciertos antes de cantar el tema ElGiraluna. Es la historia de un girasol insumiso, un poco raro. En la segunda parte aparece Van Gogh, que como todo el mundo sabe retrató girasoles en su obra, y ya la historia deriva por otro lado, meto unos datos biográficos del pintor. Es un proyecto difícil de contar. Tiene una animación muy primitiva, con dibujos realizados a lápiz, como se hacía en los viejos tiempos.

-Hace ya 15 años de su primer largometraje, Un perro llamado Dolor, y el tiempo ha demostrado que aquella incursión en el cine no era pasajera. Ahora, tengo entendido, va a trabajar con un actor real por primera vez.

-Sí. Se trata de un trabajo que he empezado ahora, y en el que mezclo imagen real con dibujos. No tiene nada que ver con Disney ni con Pixar. No sé lo que es.

-Eso confirma su perspectiva de la creación como un misterio que explorar. No hay fórmulas establecidas, sino una intuición de la que partir.

-Se trata de todo lo contrario al concepto de fórmula, sí. El proceso consiste en que por ahí aparecen una imagen, o unas palabras, o una melodía, y lo interesante es agarrar cada aparición de estas, desarrollarla y darle forma sin recurrir a algo establecido, dejando que ese hallazgo se deje manipular.

-¿Cree que los artistas que participan en el disco homenaje, intérpretes como Vanesa Martín, Leiva o Miguel Poveda, se enfrentan hoy a un entorno más hostil que cuando usted empezó?

-No sé si es un entorno más hostil; es diferente. Ahora les falta el formato del disco, que era nuestra plataforma para dar a conocer el trabajo que hacíamos. Hoy está internet, que es más directo, más accesible, más fácil para darte a conocer, pero todo resulta más aventurado. Antes contábamos con más apoyo, teníamos una compañía discográfica detrás, y en ese sentido los jóvenes lo tienen más difícil. Pero también uno puede encerrarse en el baño y grabar algo, y colgarlo luego en internet. Eso está muy bien.

-Era previsible que usted no se cerrara a los cambios. En un poemiga dice: No hay que ser ni anti-moderno ni anti-guo.

-Tal vez porque no he tenido muy en cuenta las modas y los modos, todas las supuestas tendencias que hubiera en un momento u otro. Intento no estar de moda.

-Estarlo puede ser muy dañino para la creatividad.

-No lo sé. En realidad, depende del talento de cada uno. Si lo tienes, eso prevalecerá. Pero esta preocupación, muy habitual en la música o de las artes en general, de estar al día de lo que se hace... a mí me parece una aberración. Hay que huir de todas las guardias y de todas las vanguardias.

-Para confeccionar el repertorio de estos conciertos tuvo que pedirle asesoramiento a unos cuantos amigos.

-Es que elegir era muy complicado, porque hay canciones mías que a mí me gustan mucho pero que no se conocen, canciones que igual no me gustan tanto y se conocen mucho... Por eso le pedí a amigos muy amigos que me dijeran qué canciones eran para ellos mis temas más significativos. No los de más éxito o menos éxito, sino los más representativos, para que me marcaran una pauta. Salieron unas cuarenta canciones, y tuve que hacer una criba: cogí las que más se repetían.

-Antes de caer en la cuenta de que tenía que celebrar los 50 años de carrera, preparaba un disco de canciones nuevas que aparcó por la efeméride. ¿Cuándo retomará ese material?

-A final de año me pondré a grabar. El calendario dispuso que llevaba 50 años y que debía hacerme un homenaje, una revisión de lo que había hecho hasta ahora. Me vino bien porque así iba puliendo y retocando las canciones nuevas que tenía. El disco estará para febrero o marzo del año que viene.

-Por salirnos un poco del guión, un amigo me ha dicho que le pregunte por los toros, que usted tiene una teoría muy particular.

-¿Sabe lo que ocurre? Para explicarle eso tendríamos que echar un rato largo. Digamos que soy animalista, y también taurino. Pero explicar mi postura llevaría mucho tiempo y no creo que lo tengamos.

-Entonces le interrogo por algo que me sugirió otro amigo que le entrevistó hace poco: su idea sobre Dios y sobre el sexo.

-Por muchos motivos, no establezco diferencias entre ambos, me parecen lo mismo. ¿No es curioso que cuando una pareja está llegando al éxtasis, cuando hacen el amor, siempre invocan a Dios, nunca se invoca a Satanás? Y se hace en todos los idiomas. Si ves un porno americano oirás My God, en francés Mon Dieu. Del sexo venimos todos, y a lo largo de la vida venimos buscando el sexo con mayor o menor ansiedad. También hay teorías sobre el tránsito al otro barrio, que parece ser que es muy placentero, que tiene algo de orgásmico. Y luego, considero que la pintura más erótica que se ha hecho es la pintura religiosa. El arte, corregiría, también la escultura. Ahí está esa Capilla Sixtina, que es el mayor homenaje que se le puede hacer a la carne, y está en el corazón del Vaticano, el corazón de Dios.

-Se sabe que usted pinta, quizás no tanto que expuso antes de dedicarse a la música. ¿El cantautor le ha fastidiado la vida al pintor?

-No, porque no me ha preocupado para nada que prevaleciera un lenguaje sobre otro. Lo que me importa es utilizar esos lenguajes de la mejor manera, con el máximo rigor, para expresar lo que quería. No es un problema que me afecte que me conozcan más por un medio que por otro. La historia es transmitir, da igual cómo lo hagas.

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