Mustang. Drama, Turquía-Francia, 2015, 97 min. Dirección: Deniz Gamze Ergüven. Guión: Deniz Gamze Ergüven y Alice Winocour. Fotografía: David Chizallet y Ersin Gok. Música: Warren Ellis. Intérpretes: Günes Sensoy, Doga Zeynep Doguslu, Tugba Sunguroglu, Elit Iscan.

Llega ya Mustang con todos los reconocimientos y premios recogidos, cuento en claroscuro sobre cinco hermanas adolescentes y huérfanas de la Turquía rural literalmente atrapadas por los tentáculos más próximos y familiares del patriarcado y la tradición.

Oscuro en tanto que el retrato de la debutante Gamze Ergüven apunta a una enmienda a la totalidad de los vestigios brutales de una sociedad premoderna en la Turquía que se quiere europea e integrada; luminoso en tanto que sus formas suaves e impresionistas, el aire y la luz de un verano eterno o la música flotante de Warren Ellis atenúan y acolchan la deriva trágica y suspenden la fábula en un tono flotante que se nos antoja arma de defensa innecesaria, escudo contra el falso cariño sobreprotector, asfixiante y violador y también, por qué no decirlo, como pasaporte estético a la moda para las tragaderas occidentales y festivaleras.

Nuestras ninfas no responden así a la imagen sobria o cerrada de lo rural. Bien al contrario, parecen primas hermanas de aquellas vírgenes suicidas de Sofia Coppola, vaporosas y bellas mariposas, publicitarias incluso, capaces de hacer de la prisión de la casa un laberinto de juegos, escondites secretos y erotismo de salón.

Tal vez podría agradecérsele a la propuesta haber buscado evitar precisamente cierto maniqueísmo cultural, aunque la sobrecarga dramática y el inevitable didactismo redentor acaben asomando a pesar de todo.