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Un cuadro de 20 años

El retrato de nunca acabar

  • Antonio López se compromete a terminar antes de final del verano el cuadro de la Familia Real que comenzó a pintar en 1994.

El retrato de la Familia Real en el que el pintor Antonio López trabaja desde hace casi dos décadas estará terminado al final del verano. "Me he comprometido -ha manifestado- y para entonces el cuadro podrá verse acabado,lo más acabado posible, quiero dejarlo lo mejor que yo pueda".

Antonio López pasó este lunes, cuando el Rey comunicó su decisión de abdicar, pintando en el Palacio Real. Allí ha acudido de forma habitual varios días a la semana desde que el pasado verano el cuadro fue trasladado a ese lugar. "Estoy pintando casi todos los días y no lo dejaré hasta que lo entregue, que está previsto para el final del verano, he renunciado a todos los talleres y voy a estar todos estos meses trabajando en el cuadro", ha asegurado.

La historia del cuadro, en el que aparecen los reyes y sus tres hijos comenzó en 1994, cuando fue encargado por Patrimonio Nacional, y pasará sin duda a los libros de arte. Como la de Miguel Ángel, quien, cuando el papa Julio II le preguntó cuándo iba a acabar los frescos de la Capilla Sixtina, contesto: "cuando la acabe".

¿Cuándo está acabado un cuadro? De este retrato cualquier persona hubiera pensado que estaba terminado hace tiempo. Pero no, Antonio López (Tomelloso, 1936) uno de los artistas más cotizados en el mercado internacional y de más éxito entre el público, tiene un proceso de trabajo de una minuciosidad sorprendente y que encierra todo el misterio del arte. "Conozco bien el comienzo del trabajo. Acabar no sé en qué consiste", ha dicho en innumerables ocasiones durante los últimos años. Una obra nunca se acaba, asegura, sino que se llega al límite de las propias posibilidades. Y un cuadro se hace en el tiempo, en constante cambio.

A Antonio López no le importa rehacer un cuadro entero las veces que sea, como ha ocurrido con este retrato, para modificar la distancia entre los personajes o cualquier detalle. Quien haya visto la película El sol del membrillo, que rodó con Víctor Erice, puede comprender esta irrenunciable exigencia del artista, llena de pasión y verdad. "En este caso del retrato de la Familia Real -declaraba a principios de año- ha sido extrema la tardanza, pero no me va a importar. Yo trabajo así. ¿Quién ha pintado una Familia Real? Es como escribir Guerra y paz. El sentido de este retrato es conseguir un buen trabajo y es muy difícil hacerlo".

Cree el artista que, aunque es un gran esfuerzo, lo ha hecho bien, porque no se ha cansado del cuadro, a pesar de que algunas personas allegadas piensan que el trabajo en esta obra está siendo ímprobo: ha acercado y alejado los personados y ha pintado varias veces las figuras de la reina el príncipe y las infantas.

Una de las grandes dificultades a las que ha tenido que enfrentarse ha sido tener que trabajar desde una fotografía, cuando él pinta siempre del natural. No poder ver los diferentes matices del color de la piel, de los azules de los ojos, de los rubios, ha sido una desesperación. Ha tenido que reconstruir el color casi como una abstracción, hasta ver unos acordes que tengan que ver con la persona y a la vez funcionen de una forma misteriosa y se combinen en la armonía del color.

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