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Cultura

En torno al casticismo

  • Emilio Moreno graba con El Concierto Español para Glossa un disco dedicado a la tonadilla escénica en torno a 1800

El Concierto Español. Emilio Moreno Glossa (Diverdi)

Se trata de un fenómeno en plena actualidad: todos los procesos históricos de unificación (o globalización, como ahora se los llama) provocan reacciones de las partes, que ven amenazadas de repente sus costumbres más arraigadas y sus usos tradicionales. Si en la segunda mitad del siglo XVIII, el Clasicismo parecía un paso decisivo hacia la implantación de un estilo musical internacional en toda Europa, en España (y en otros lugares) se exacerbaron las tendencias nacionalistas, de tal modo que frente al gusto por la ópera italiana y por los diversos géneros de música instrumental (sinfonías, sonatas, cuartetos...) que recorría toda Europa y se difundía también entre los círculos ilustrados y aristocráticos hispanos, los teatros populares potencian la producción de obras típicamente locales, zarzuelas y, sobre todo, tonadillas, piezas teatrales que empezaron utilizándose como intermedios en las comedias, pero que llegaron a convertirse incluso en algo parecido a las operas buffas italianas o a los vaudevilles franceses, si bien todo miniaturizado y conservando las típicas formas españolas: coplas, seguidillas, parolas (partes habladas) y danzas características, como las tiranas, que en su mejor momento, a finales del XVIII, se componían de coplas de cuatro versos octosílabos que alternaban con estribillos en ritmo ternario en los que se enfatizaba su carácter picaresco.

Y es que todas estas obras tenían una intención básicamente sarcástica. A través de una serie de personajes estereotipados, se pretendía ridiculizar a petimetres, afrancesados, papanatas y cursis de toda laya, siempre dispuestos a ensalzar cualquier novedad con tal de que llegara del extranjero, sobre todo de Francia. Uno de los motivos más célebres de estos sainetes satíricos era el enfrentamiento entre la famosa canción de Mambrú (o Malbrú o Malbruc, por Malborough), que representaba lo foráneo, y la tirana, esencia castiza española. Aprovechando el bicentenario de los acontecimientos de 1808, El Concierto Español de Emilio Moreno preparó un interesante programa de tonadillas y tiranas sueltas en torno a esta temática que se ha convertido en el que es su segundo disco para Glossa.

Son obras de Blas de Laserna, Pablo Esteve -dos de los más activos compositores de tonadillas en el cambio de siglo- y Jacinto Valledor, que usan una orquesta de cuerdas, sin violas, pero con añadido de flautas, oboes y trompas, más las inevitables castañuelas y el continuo, donde no puede faltar una guitarra. El CD se abre además con una de las más famosas piezas de la época, La Tirana del Tripilí de Laserna, de la que no se ha conservado su versión original, pero sí muchas realizadas por otros compositores, a partir de las cuales y teniendo en cuenta el estilo primitivo, Emilio Moreno la ha reconstruido. El elenco vocal (Raquel Andueza, Marta Infante, Juan Sancho y Jordi Ricart) es de los mejores que puede ofrecer hoy la música antigua española, y el conjunto instrumental acompaña de forma impecable.

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