Desde que el Ayuntamiento de Sevilla recibió de parte de la Unesco la consideración de Ciudad de la Música, ha pasado a aprovechar la celebración internacional del Día de la Música para ofrecer a toda la población una programación amplia en horarios, cantidad y calidad de conciertos. Eso que se encuentra ganado el vecindario gracias a la estrategia librada por Juan Carlos Marset cuando era delegado de Cultura, y antes de irse a la dirección general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem). El 21-J ya no puede pasar desapercibido.

En esta ocasión será una treintena de actuaciones, casi todas gratuitas, que comienzan a las 11:00 en el Ayuntamiento y concluirán de madrugada en la Sala Microlibre, en el Cerro del Águila.

El Área de Cultura municipal aglutina esta programación, a la que contribuyen desinteresadamente numerosas entidades, instituciones y asociaciones. Cualquier Día de la Música que se precie (y se desarrolla en más de 120 países y en 450 ciudades, incluyendo metrópolis como Nueva York, París, Londres o Berlín), se articula gracias a la suma de esfuerzos de quienes están más ligados a la creación, interpretación, enseñanza o gestión de la música. Diario de Sevilla contribuye a su difusión con estas páginas especiales para que el mayor número posible de ciudadanos haga suya esta oferta de conciertos, se decante por hacerse su propia ruta y disfrute en un ambiente de confraternización y sin boato.

Por si quieren otra referencia, en Bilbao se ofrecen hoy unos 60 conciertos en 13 escenarios repartidos por los distintos barrios y distritos. Participan cerca de un millar de músicos entre las doce del mediodía y las doce de la noche.

Ya es costumbre que la música clásica tenga la mayor representatividad en este tipo de programaciones. Es el sector que tiene las estructuras más firmes y mejor dotadas. Hay que resaltar que el Teatro de la Maestranza incrementa su participación respecto a años anteriores, y acoge dos conciertos por la mañana y otros dos por la tarde, todos distintos.

Para ediciones venideras es posible aunar más esfuerzos en Sevilla y extender el ambiente musical a más barrios, así como que estén representados mejor estilos como la copla, la canción de autor, el pop, el jazz, la música electrónica e incluso la de cine.