Cultura

Otro verano al calor del Cicus

  • El programa '21 grados' recoge en su novena edición una amplia y diversa oferta de cine, música, teatro y un par de exposiciones

La exposición Albino, de la fotoperiodista Ana Palacios, una mirada a la vida cotidiana de los albinos en África -en Tanzania, en este caso-, marginados y estigmatizados por partida doble en un continente no precisamente escaso de poblaciones marginadas y estigmatizadas, puede visitarse desde ayer en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus). Con esta muestra, que podrá visitarse hasta el 10 de agosto, el céntrico espacio inauguró 21 grados, el ya clásico, amplio y heterogéneo programa de actividades que se ofrecen al público con vocación tanto de alternativa placentera para las calurosas noches de la ciudad como de muestrario creativo de carácter inquieto.

Les habitants, con fotografías de Raymond Depardon, figura emblemática de la agencia Magnum y director de documentales, también hasta el 10 de agosto y a partir del próximo día 22, es la segunda exposición del programa. Con imágenes tomadas durante el rodaje de la película del mismo título, la muestra constituye una personal radiografía del pueblo francés en un momento de conmoción, la que provocaron los atentados en enero de 2015 contra la sede de la revista Charlie Hebdo y un supermercado judío en París.

Como es propio del Cicus, que contará con 85.000 euros para poner en pie esta programación, ésta abarcará también conciertos, piezas teatrales y de danza y, casi en el centro de la propuesta, las interesantes y a menudo juguetonas proyecciones de su siempre enjundioso cine de verano. Lo serán, por ejemplo, las películas que entran dentro del miniciclo Psicodelias y transgresiones, con títulos como Jubilee de Derek Jarman, película de culto de 1978, muy ligada a la explosión del punk; Velvet Goldmine (1998), el drama glam de Todd Haynes; la Cabeza borradora (1977) de David Lynch, que desde hace mucho no precisa de presentaciones; El fantasma del paraíso (1974), el desaforado y enérgico musical de Brian De Palma; o This is Spinal Tap (1984), el maravilloso falso documental de Rob Reiner que se burlaba de manera desopilante, pero en el fondo cariñosa y con gran conocimiento de la materia, de los viejos megagrupos de rock.

Las proyecciones de cine en el patio del Cicus comenzarán el próximo martes, día 20, en un tono muy distinto, de la mano del documental Nacido en Siria, de Hernán Zin, e incluirán muchos más títulos agrupados temáticamente, desde Grandes óperas primas (Al final de la escapada, Easy Rider, Sexo, mentiras y cintas de vídeo) a documentales (Olmo and the Seagull, La sal de la tierra, I am not your negro), pasando por una celebración de los 50 años del Festival de Sitges que recogerá una selección de títulos célebres que se proyectaron en el mismo (El otro, Cube, Zatoichi), dos proyecciones llenas de ecos flamencos (el documental José Menese. La sangre valiente y No. Un cuento flamenco) o el regreso de los Sonidos en blanco y negro, sesiones muy especiales en las que se pone música en directo a obras monumentales del cine mudo, esta vez El maquinista de la general de Buster Keaton con Gurugú Sax y el imborrable Nosferatu de Murnau al son de Cinetones.

Si en el apartado cinematográfico hay un guiño a la psicodelia, también los conciertos se harán eco del poderoso regreso de esas atmósferas y texturas que tuvieron su esplendor en la década de los 60 y que desde hace algunos años han colonizado de nuevo buena parte del pop actual. La banda sevillana Blacanova y los almerienses Monte Terror el próximo día 29, y el 30 los madrileños Celica XX y los zaragozanos My Expensive Awareness (de cuyo sólido e hipnótico directo dio fe su comparecencia en la pasada edición de la Monkey Week), actuarán en sendas noches dedicadas a esta buena salud, sin visos de agotamiento por ahora, del shoegaze, la neopsicodelia y el imperio de los paisajes mentales. Antes, el 21 de junio, Día de la Música, el Cicus se sumará a la celebración con un concierto del dúo murciano -vale también marciano- Crudo Pimento, en cuyas canciones conviven, entre estallidos imprevisibles, la tradición y la experimentación ruidosa por la vía del blues, el punk, a veces el flamenco y últimamente hasta el death metal.

Junto con la danza, representada por la experimental Farruca del extrarradio que presentará el 23 de junio Marco de Ana con el sostén conceptual de Pedro G. Romero, el teatro completa la oferta escénica con cuatro obras: los días 4 y 5 de julio, La Teta Calva representará la obra Sindrhomo, una tragicomedia escrita por María Cárdenas, recentísima ganadora del Max a la Autora Revelación; los días 6 y 7 del mismo mes podrá verse Intemperie, de Trueba & Trueba; 11 y 12, Herederos del ocaso de la compañía Club Caníbal, con dirección y dramaturgia de Chiqui Carabante; y por último, los días 13 y 14, Doble Sentido Producciones presentará Sed, una pieza de Alejandro Butrón Ibáñez, nacido en Cádiz en 1991 y reivindicado por Luis Méndez, director del Cicus, como parte de esa generación de jóvenes creadores que han podido crecer y mostrar su trabajo gracias a la labor del centro.

La programación completa, con calendario, horarios y precios (las actividades de pago; gran parte de ellas son gratuitas) se puede consultar en www.cicus.us.es.

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