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Bienal de flamenco

De vez en cuando la vida

  • Rosario Toledo y Ana Salazar: tres deliciosos pasos para dos y un par de solos por cabeza.

Un espectáculo risueño, amable, articulado sobre una excusa argumental, los encuentros vitales de dos bailaoras flamencas de Cádiz, con el elemento unificador de distintas nocheviejas, o la misma nochevieja. La escena representa la geografía: Cádiz rodeada de mar y arena. En realidad son excusas para el baile. Por ir ya a la almendrilla: el baile de la soleá de Rosario Toledo. No es que no conociéramos este baile, pero por fin lo encontramos como el elemento central de un espectáculo propio de enjundia: me gusta que Rosario trabaje para ella misma, en lugar de malgastar su enorme talento en compañías de otros más o menos desagradecidos. Lástima que este baile delicioso, pleno de sabor y de emoción, se viera truncado por una irrupción escénica desafortunada. Porque el espectáculo tiene ritmo escénico pero, justo en este momento, la entrada de Salazar salpicando agua es una metedura de mano. Efectivamente, hay tres deliciosos pasos para dos y un par de solos por cabeza. Salazar baila una seguiriya contundente, plena de efectos y técnica. Deslumbrante en el aspecto físico y tan estilizada como un iceberg. También canta con su voz cálida y su estilo entrecortado una canción de Mercedes Sosa. Impresionante la banda sonora, arreglada por un contundente McGill, con la guitarra evocativa y colorida de Sandoval. Resulta curioso, aunque muy significativo, que la guitarra flamenca, excelente como siempre Méndez, resultara más metálica que la eléctrica.

Mucho baile, mucho humor en nochebuena, o al evocar los días de bailes frenéticos, mecánicos, de los tablaos. Aunque en ocasiones la broma se alarga en exceso, como si los creadores creyeran que el público necesita más tiempo para entender un guiño que está claro desde el principio. También hay bastante relleno de primera categoría: la voz de Borja o la mentada canción de Salazar, que rompen la unidad narrativa sin aportar nada a cambio.

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