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Crónica Personal

Arrimadas pelea por la supervivencia de Cs

La máxima dirigente de la formación naranja tiene fe ciega en la remontada a despecho de los sondeos y resta importancia al aluvión de fugas al PP

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante una rueda de prensa.

La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante una rueda de prensa. / Jesús Hellín (EP)

Inés Arrimadas no admite que Ciudadanos está en las últimas, como auguran todos los sondeos. No lo admite pero además lucha con todas sus fuerzas para cargarse de razón.Ese esfuerzo abarca tanto el espacio político como el personal, dedicando todo su empeño y tiempo a impedir la desaparición de su partido pero sin dejar de lado sus responsabilidades como madre de un niño de menos de dos años y estar embarazada del segundo. En cuanto al plano político, la baza más importante es la convicción de que se puede producir la remontada.

Lo hace con dos argumentos que repite hasta la saciedad: otros partidos liberales que murieron por distintas circunstancias, con los años no solo revivieron sino que incluso lo han hecho con nuevas posibilidades de gobierno, como ha ocurrido en Alemania. Los liberales además se han convertido en un partido clave en el Parlamento Europeo, donde es respetado por socialistas y populares por igual, ya que se ha convertido en una formación indispensable para la aprobación de las propuestas más importantes de la UE. Además, y Arrimadas insiste mucho en ello, Ciudadanos cuenta con un gran equipo dispuesto a darlo todo por su partido. Es verdad que las fugas han sido numerosas, lo reconoce, cargos y militantes han abandonado Cs. Se han inclinado fundamentalmente por el PP, ya que es difícil parta un ex militante de Cs acercarse a un PSOE coaligado con Podemos y que se ha buscado a Bildu y a los independentistas como socios.

La líder de Ciudadanos ha hecho análisis exhaustivos sobre lo ocurrido con Ciudadanos. Reconoce los errores cometidos pero también cree que el relato de los hechos no siempre se ha ajustado a la verdad. Por ejemplo, no acepta la idea tan extendida de que Ciudadanos ha perdido a sus principales referencias, sino que da menos relevancia a las fugas producidas en sus filas, que en muchos casos explica como fruto de las maniobras del PP para intentar crecer hacia el centro a costa de Ciudadanos y por eso fichó al ex secretario de organización de Cs para esa labor. Con los nombres de los fugados en la mano, llega a la conclusión, y así se lo recuerda a sus colaboradores, de que casi todos los mejores del partido se mantienen leales, aunque esos mejores no siempre son tan conocidos como algunos que, por ser diputados o parlamentarios autonómicos, parecían más importantes.

Puntales sin renombre

Para Arrimadas es clave el trabajo que realiza la secretaria general Marina Bravo, el del portavoz parlamentario Edmundo Bal, el nuevo secretario de Comunicación Daniel Pérez, con experiencia política como portavoz parlamentario en las Cortes de Aragón, Nacho Martín Blanco en Cataluña y Begoña Villacís. Son los que actualmente, más allá de otros cargos del partido, se encuentran en primera línea dejándose la piel en el día a día del trabajo de partido.

Con varios eurodiputados muy activos como Luis Garicano o José Ramón Bauzá. Arrimadas por otra parte presume de la lealtad de los dirigentes de Cs que forman parte de gobierno regionales en coalición, entre los que destacan la mencionada Villacís como teniente alcalde de Madrid con Martínez Almeida, o Juan Marín como vicepresidente de la Junta andaluza.

El ánimo de Arrimadas y su equipo no decae -Villacís acaba de renovar la dirección madrileña con los miembros que más han destacado por su trabajo en distintos municipios- y trabajan de sol a sol preparando e los retos que el calendario les pone por delante. El que parece más inmediato es el andaluz, donde Juanma Moreno aún no ha dado pistas sobre cuándo pretende convocar elecciones -la legislatura acaba dentro de un año- aunque la dirección nacional aprieta para que se celebren cuanto antes. En mayo del 23 se celebran as municipales y las autonómicas de las comunidades no históricas, que tendrían que celebrarse en el otoño de ese año si Pedro Sánchez no decide adelantarlas. Esas elecciones de mayo serán una prueba de fuego para Ciudadanos y su presidenta, pues solo si consigue tener responsabilidades en gobiernos regionales y municipales y mantiene así presencia institucional, tendría posibilidad de lograr un resultado aceptable en las generales y conseguir un número de diputados que le permitirían participar de la política al máximo nivel.

Silencio sobre Rivera

Uno de los puntos que preocupa al Ciudadanos actual es el relato. Con dos aspectos que les inquieta especialmente. Uno, la idea muy asentada de que Albert Rivera es el responsable de que en España haya un Gobierno de coalición con Podemos, porque tuvo en su mano impedirlo si hubiera aceptado apoyar un Gobierno de Pedro Sánchez en solitario o en coalición con Cs. Niegan que Sánchez le ofreciera esa posibilidad a Rivera. Cuando se les pregunta por qué entonces Rivera no anunció públicamente su disposición a permitir la investidura de Sánchez, pues así al menos así no quedaría como un político que antepuso sus intereses e ideología a los intereses de España, callan. No se suelen escuchar críticas a Rivera en las alturas de Ciudadanos, aunque es opinión generalizada fuera de Cs que el antiguo líder del partido no llevó bien la estrategia política.

Otro de los asuntos que preocupa a Ciudadanos, porque ha sido el origen de su crisis actual, ha sido la polémica moción de censura que prepararon en Murcia de la mano del PSOE para desalojar al gobierno de López Miras. Aseguran y reaseguran que no se trató de una operación que tenía como objetivo desestabilizar gobiernos del PP en toda España, sino que el asunto murciano estuvo provocado por luchas intestinas de dirigentes de Ciudadanos en esa región. Desmienten tajantemente que tuviera razón Isabel Ayuso cuando convocó elecciones en Madrid para impedir que Ciudadanos y PSOE  llegaran a un acuerdo para derrotar al gobierno del PP en Madrid.

La baza de Casado

¿Qué puede ocurrir en el futuro? La situación de Ciudadanos es complicada, y lo único que impide tomarlo como un partido desaparecido en combate -nunca mejor dicho- es el empeño de su presidenta y de su equipo más cercano para seguir luchando por recuperar al menos parte del territorio perdido y conseguir que en los dos próximos años electorales puedan recuperar parte del voto perdido. No lo tienen fácil, y solo podría salvarles que en un momento determinado el propio Pablo Casado decida que más le vale darse una nueva oportunidad con Ciudadanos que permitir que sea Vox el partido que más crezca –el PP no atraviesa su mejor momento- y al final se vea abocado a gobernar con Vox si consigue ganar a Pedro Sánchez.

Una situación indeseada en el PP, pues Vox ya no se conformaría con apoyar un Gobierno del PP, sino que exigiría formar parte de un Gobierno de coalición, con todo lo que eso significa para el futuro del partido que hoy preside Pablo Casado.

La relación entre Casado y Arrimadas nunca se ha roto, pero no es tan cordial como era. Se puede reconducir con la ayuda de los miembros de Cs que trabajan bien en coalición con el PP, como ocurre con Francisco Igea en Castilla y León tas los encuentros iniciales, Juan Marín en Andalucía o Villacís en el ayuntamiento madrileño, por mencionar solo los casos más relevantes. Pero, de momento, no existen excesivos motivos para hacer un pronóstico optimista excepto el que esgrime Inés Arrimadas: los liberales se caracterizan entre otras cosas por no rendirse. Cuando las cosas se presentan difíciles, pelean por superarlas.

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