Análisis

Juan Pablo Uphoff Salas

El BCE, de paloma a halcón

El BCE anunció el pasado jueves una subida de 75 puntos básicos de los tipos de interés, su mayor incremento histórico. Tras situarse en agosto el IPC en el 9,1% interanual en máximos en la Eurozona, la autoridad monetaria europea ha querido mostrar su determinación para garantizar la estabilidad de los precios, tratando de evitar el desanclaje de las expectativas de inflación y contener la debilidad del euro.

Este nuevo paso en el proceso de normalización de la política monetaria se produce bajo la nueva hoja de ruta de la autoridad monetaria europea, basada en un enfoque meeting-by-meeting (reunión a reunión). Con este cambio de paradigma, que permite mayor flexibilidad, clave en un contexto de alta incertidumbre, el BCE asume, a su vez, los efectos adversos que el endurecimiento de la política monetaria puede conllevar en el medio plazo sobre la inversión, el empleo y la actividad económica.

No obstante, la limitación de la política monetaria para controlar la inflación ante perturbaciones de oferta como la crisis energética evidencia la importancia de nuevas políticas económicas en el seno de la UE.

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