DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Cataluña pide perdón por España

El conseller de Acción Exterior de Cataluña se disculpa en México por aquellos 'genocidas' de un repentino invasor comúnHay que tener cara para pedir perdón por lo que hizo tu enemigo hace siglos

No nos hagamos los enciclopédicos y acudamos sin empacho a la Wikipedia: "Balcanización se usó originalmente para describir el proceso de fragmentación o división de una región o estado en partes o estados más pequeños que son mutuamente hostiles y no cooperan entre sí. El término surgió a raíz de los conflictos en la Península Balcánica ocurridos en el siglo XX. Se ha usado para describir los procesos de división de ciertas culturas en identidades separadas, muchos con orígenes en movimientos nacionalistas". La RAE se apunta a este segundo sentido, exangüe y que abre las puertas a un proceso pacífico: "Desmembrar un país en comunidades enfrentadas". Esta última acepción va como anillo al dedo al enfrentamiento creado entre una mitad de la población catalana contra la otra mitad y contra el resto del Estado español, al menos en una fase embrionaria del acelerón que quieren dar la historia y por las bravas los independentistas que se lanzaron con una declaración unilateral y desde el propio poder por su una, grande y libre. De paso, blanqueando el latrocinio institucional de la política simbolizada por el clan Pujol. Los apóstoles y soldados del procés funcionan con los ojos de la fe y con la posesión de la verdad verdadera, así como con el prietas las filas de una fiel infantería más o menos uniformada.

Cabe hacer un vaticinio: la historia sustituirá el término balcanización por catalanización cuando de lo que se trate es de conseguir independencias regionales en Europa sin bombardeos ni francotiradores, con el objeto más o menos disimulado de aprovechar los mercados comunes y globales sin zarandajas de redistribución fiscal, una vez conseguida una preeminencia económica en, por ejemplo, el Estado español a lo largo de cientos de años de privilegios -vendidos como agravios, he ahí la habilidad- a cambio de su amenaza disgregadora. La catalanización podría ocurrir, si triunfa en la propia Cataluña, en otros 98 territorios de la Unión Europea (Jucker dixit), y busca desmembrar ora quedarse con lo bueno -el desarrollo superior vinculado a un mejor posicionamiento en el reparto histórico-y quitarse de encima lo malo, o sea, la suavización de las diferencias de rentas territoriales al modo en que usted, quizá, va a contribuir a que otros ciudadanos puedan acceder a los mismos derechos que usted a pesar de no tributar por el IRPF en su misma medida. En ese contexto futuro, la Europa del XXI sería un trasunto actualizado de la caída del Imperio Romano.

Esta semana hemos tenido nuevas entregas de acciones dentro de una estrategia política catalanizadora, o sea, por lo suave y vestida de modernidad y, lo dicho, de desarrollo superior… que lo es. Y, como buen nacionalismo, de superioridad moral: los ladrones son los jornaleros de la África Septentrional, Andalucía, subvencionados con el PER, y no la familia Pujol y el formidable entramado de corrupción denominado por la mordida pujolista: tres per cent. Percepción selectiva: pura ortodoxia nacionalista. Esta semana un político electo y cargo de la Generalitat en materia de zapa propagandística internacional ha pedido perdón en México por la colonización española. La palanca es doble: en México funciona como pólvora el resentimiento por la Conquista de América y contra España, y así, se dirán, nos ganamos la simpatía de un enorme aliado norteamericano. Unidos en el sufrimiento México y Cataluña, hermanados por un invasor común, un canalla necesario. Hay tener cara dura para pedir perdón por algo que hizo hace siglos tu propio enemigo. De nuevo, qué habilidad, casi acrobática. Pero como decía Woody Allen en aquella magistral película, "si la cosa funciona…", quién quiere verdades. El fin, la independencia, justifica cualquier medio.

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