La jornada contó con ascensos en los principales índices europeos tras dos semanas de caídas causadas por el endurecimiento del mensaje de los bancos centrales, a medida que la reapertura de China aumenta el apetito por el riesgo en la última semana de negociación de 2022, provocando una mayor rotación desde la renta fija.

China anunció que retirará en enero la cuarentena a los viajeros, tras tres años de aislamiento y con la política zero covid que ha perjudicado enormemente a la economía y ha generado gran descontento público. Así, las personas que lleguen a China sólo tendrán que obtener resultados negativos en pruebas de Covid-19 en las 48 horas siguientes a su salida, lo que contrasta con el requisito actual de ocho días de aislamiento.

En una coyuntura de menores perspectivas de crecimiento global, el consenso de estimaciones de BPA (beneficios por acción) para 2023 se ha revisado al alza esta semana para la mayoría de los índices. Para el indicador europeo Stoxx 600 ha avanzado quedando para 2023 una estimación de crecimiento de 2,1%. En el caso del MSCI World ha avanzado con el crecimiento esperado para 2023 ahora en 4,8%. Para el Íbex 35, se han mantenido, con una previsión de caída de un 2,9% para 2023. A su vez, el S&P 500 se ha mantenido con un crecimiento esperado para 2023 de 6,7%.

En España, el Íbex 35 cerró por encima de 8.200 puntos tras subir un 0,01%. Entre sus componentes, las mayores revalorizaciones se situaron en Repsol (1,55%), Acerinox (0,84%) y Santander (0,72%).

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