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Análisis

Julio Lorca

Director de Desarrollo Salud Digital en DKV Salud

Construyendo una sola salud

La pandemia ha evidenciado que tener una mascota puede ser muy beneficioso para mantener la salud física y mental. Existen sinergias entre salud digital y veterinaria

Emergerán planes de salud combinados que cubrirán la atención conjunta de propietario y mascota.

Emergerán planes de salud combinados que cubrirán la atención conjunta de propietario y mascota. / Archivo

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La experiencia vivida con la pandemia y los confinamientos ha puesto de moda un concepto que en sí no es nuevo, pero que en los últimos meses parece omnipresente. Conocido en inglés como One Health, resalta el hecho de que la salud humana y la animal son interdependientes y están vinculadas a los ecosistemas en los cuales coexisten. Nos hemos referido ya al hecho descubierto por Marc Lalonde, de que el determinante de salud que más afecta a las probabilidades de morir no es el nivel de calidad de los centros sanitarios de los que se disponga, sino el conjunto formado por el estilo de vida, los factores del entorno y la genética. De otro lado, es ese entorno no siempre bien controlado, el que subyace a fenómenos como la propia Covid-19 y su origen animal (zoonosis). Esto es especialmente importante, como sabemos, en la cadena alimentaria, la higiene o la salubridad en general.

Pero no es esta relación la única que vincula la salud humana con la animal. Existe un fenómeno que ha adquirido enorme trascendencia durante la pandemia. Para muchas personas, la convivencia con una mascota ha sido un elemento clave en el mantenimiento de la salud mental.

En un estudio publicado en la revista Journal of Veterinary Behavior se concluía, tras encuestar a más de 1000 personas, que el 75 % consideraban que sus mascotas habían sido tremendamente beneficiosas en el mantenimiento de su salud mental, emocional y física durante el confinamiento. Y es que, en España, casi la mitad de los hogares cuenta con algún tipo de animal de compañía. Y como ha ocurrido con la Salud humana, la dificultad para  llevarles a la consulta física ha condicionado también una explosión equivalente de las posibilidades de la atención remota.

El pasado jueves participé, en nombre de la ASD, en el evento empresarial Vetmadrid 2021 donde debatimos sobre las relaciones entre el sector veterinario de animales de compañía y las nuevas tecnologías. En concreto, mi ponencia versó sobre las sinergias derivadas del encuentro entre salud digital y una nueva veterinaria basada en valor, en el contexto one health antes referido. La emergencia de un fenómeno que promete ejercer una gran tracción en años venideros: El binomio hombre-animal como entidad de salud única. Tanto, que en algunas investigaciones se ha evaluado el fenómeno opuesto a la zoonosis; es decir el impacto positivo de la relación hombre-animal en ciertas enfermedades crónicas.  

Al igual que en los wareables humanos, un gran mercado de sensores está creciendo en este campo

Según el National Center for Health Research, “los animales de compañía pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y aliviar la ansiedad (...) constituyendo una parte importante del apoyo social, reduciendo los sentimientos de aislamiento, soledad y ansiedad, y mejorando la salud mental”. Pero para que esto ocurra, para que las mascotas puedan generar ese efecto positivo en el bienestar general del dueño y del animal, se debe entender la salud conjunta como “el todo” antes referido; facilitando el camino a nuevas estrategias de atención integrada sobre una base de salud familiar en el hogar (telehomecare) y en movilidad (m-health). Una misma infraestructura de inteligencia ambiental (Conectividad, Internet de las cosas e Inteligencia Artificial) ejerciendo de nexo en la generación del valor añadido unificado y potenciado. Efectivamente, de la misma forma que cada vez son más utilizados los wareables humanos, un gran mercado de sensores está creciendo en este campo y que viene a complementar el tremendo mercado de retail tradicional ya existente.

Sólo en USA, los propietarios de mascotas gastan 60.000 millones de dólares al año. Desde rastreadores portátiles como FitBark o Whistle “que siguen de cerca a la mascota, permitiendo comprobar que la misma sigue sana y salva…”, hasta cámaras que “les persiguen” para vigilar como se comportan fuera de casa, como petcube. Y otros muchos como: petpuls (un collar que interpreta sus emociones con IA); furbovision (expedidor de golosinas motivadoras a distancia); e incluso areneros avanzados (Space Kotty), etc.

Según Global Market Insights el tamaño del mercado de los wearables para mascotas superó los 2.500 millones de dólares en 2020 y se espera que se incremente a una tasa de crecimiento anual compuesto del 22% desde 2021 a 2027. Igual ocurrirá con la telesalud veterinaria. Se espera que las resolutividad mostrada durante la pandemia en servicios que, en muchos casos se han tenido que limitar a llamadas telefónicas, den paso a auténticas plataformas orquestadoras de atención al animal, como ya ha ocurrido del lado humano, y que tarde o temprano se unificarán.

En LSQV, emergerán planes de salud combinados que cubrirán la atención conjunta de propietario y mascota, donde las mismas infraestructuras de telesalud, basadas en voz y televigilancia, serán utilizadas para múltiples necesidades combinadas, incluyendo la tele-consulta, el tele-adiestramiento o la higiene y seguridad en el hogar.

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