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Análisis

Gaspar Llanes Díaz-Salazar

Parlamentario autonómico del PSOE y coordinador de área de Transformación Económica y Digital

Demasiado digno como para correr

Ha habido un mal resultado electoral, pero el PSOE tiene ahora discurso y estrategia

Quién no recuerda la historia de Will Kane, interpretado de forma magistral por el actor Gary Cooper. Ese sheriff del pequeño pueblo de Hadleyvil, en Sólo ante el peligro. Genial obra maestra de Fred Zinnemann. Todo un clásico del cine universal que narra la historia de un hombre que era demasiado digno como para correr ante el peligro.

Juan Espadas estaba cómodamente instalado como alcalde de Sevilla, la capital de Andalucía y la cuarta ciudad más poblada de España. Había logrado situar a Sevilla entre las ciudades que más había avanzado desde la crisis. Con una ciudad cabecera de un área metropolitana de más de un millón y medio de habitantes que era la que más crecía en población y empleo de toda España. Resultados muy brillantes, con un plan y grandes proyectos estratégicos, a la vez que con menor deuda por habitante de España, entre las grandes capitales. Gozaba de una cómoda mayoría y sin oposición relevante.

Se le encomendó la tarea de reiniciar y modernizar el Partido Socialista andaluz, para lograr volver a ser el partido referente de Andalucía. En Solo ante el peligro, Will Kane no era ningún inconsciente, era responsable, pero no quería correr ante el peligro.

El reto, visto lo visto, era peliagudo. Ponía en riesgo toda su carrera y llevaba hasta aparejado un gran riesgo reputacional. La campaña andaluza ha sido muy sucia por parte de las derechas, sin necesidad, escondiendo la escasa gestión y con muy poca visibilidad de los proyectos.

Juan Espadas aceptó el desafío porque su zona de confort le venía de otro similar: de ganar una batalla igualmente titánica a Zoido tras una mayoría absoluta del popular en 2011 en Sevilla. Y aceptó sabiendo que en política se habla solo de los que arriesgan y aceptan los retos -y generalmente mal- y no de aquellos que los rechazan. Muchos líderes anteponen el nombre y los apellidos a la llamada de la responsabilidad, al 'hacer lo que hay que hacer', a luchar por el bien común.

Su particular Odisea para lograr ser conocido en toda Andalucía, a la vez que explicar su proyecto, ha sido titánica. Se ató sus New Balance, cogió su coche y se tiró a la carretera. Son 20.000 los kilómetros que ha recorrido en su empeño.

El resultado electoral es el que es: un mal resultado. Pero también hay que reconocer que en poco más de diez meses y diez días, en el PSOE de Andalucía se vislumbra un partido diferente. Tiene un buen relato, un discurso coherente y una estrategia de futuro compartida. En muy poco tiempo se ha logrado una organización aunada y en la campaña se ha liderado también lo digital en comunicación electoral.

Pese a la que estaba cayendo para el PSOE de Andalucía y la situación económica, social y política tan compleja, la tormenta perfecta, se ha logrado mantener el tipo. Se han logrado más cosas: se han evitado los peores resultados que algunos pronosticaban para el PSOE; se ha puesto freno a la ultraderecha; fin a la burbuja de los partidos nuevos y no han resurgido los movimientos cantonalistas de otros territorios. Ha devuelto la idea del voto útil al terreno de juego, que es de donde salen los grandes gobiernos de utilidad, estabilidad y prosperidad. Ahora sólo hay un referente en la oposición, el PSOE de Andalucía. Otros partidos o se han desfondado o han desaparecido del mapa.

Dijo el escritor Scott Fitzgerald que detrás de cada héroe hay una tragedia. Los resultados andaluces son malos, pero no son una debacle. El escasa participación y el voto útil para no depender de la ultraderecha radical es lo que define estas elecciones. Los socialistas han demostrado dos cosas muy relevantes para el futuro. La primera, que se empieza a entender como partido que el verdadero fin es conectar con la sociedad y no con nosotros mismos. La segunda, la importancia a medio plazo del factor épico, cuando es real, frente a la cacofonía que resulta de un relato mal construido y artificial amplificado con demasiada propaganda.

No me cabe la menor duda que el ciclo de 2022-26 será muy distinto al de 2018-22. A Juan Espadas aún le queda mucho por hacer, pero ya podemos visualizar su proyecto y la estrategia de futuro. Juan Espadas se ha caracterizado siempre por ser una persona tolerante y dialogante con una visión claramente socialdemócrata y europeísta, al estilo de Fernando de los Ríos, con un sentido humanista del socialismo. Defensor de los mejores valores del socialismo andaluz, responde también a dos características básicas que le da modernidad al proyecto, al ser un entusiasta de lo digital y de lo verde. En su proyecto adquieren relevancia otros dos elementos fundamentales: los jóvenes y la protección de lo público y de los derechos y libertades. Su visión es la de un partido progresista europeo, renovado, innovador que sume lo mejor del pasado y lo proyecte hacia un futuro de ilusión reconectando con los jóvenes y nuevos votantes. Su estrategia es simple, y puede ser muy efectiva si lo logra: escuchar y reconectar de forma activa con el pueblo andaluz.

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