Disfruten lo votado… Bildu ya es de los nuestros

Diez negritas.

Diez negritas. / M. G.

LO de #DisfrutenLoVotado es uno de esos hashtags bidireccionales que se imponen en las redes para despachar a los rivales por la vía rápida cuando sus dirigentes son indefendibles. Bildu se ha convertido esta semana en el agujero negro de la política española. "No tiene un pase", dice Page, desolado como otros barones. La moral como moneda de canje para negociar los presupuestos no puede alcanzar según qué precios. O no podía, hasta ahora. Pero ya se sabe: no es Trump, sino una corriente de aguas más profundas que sacude los cimientos de la democracia.

María Jesús Montero

"Que éste sea un Presupuesto de unidad, de amplios consensos, porque el momento requiere amplios consensos" - "Pido responsabilidad".

¿Y esta responsabilidad se la ha explicado a su partido en Andalucía, donde el PSOE nunca ha estado dispuesto a negociar los presupuestos más allá de la retórica hueca de la mano tendida? Cuando dice "el principal partido de la oposición no está asumiendo su responsabilidad", ¿debe entenderse que lo aplica igual al PSOE, principal partido de la oposición en Andalucía?

Elías Bendodo

"La gravedad del momento nos obliga más que nunca a ir todos a una. Desde el Gobierno de Andalucía tendemos la mano una vez más para hablar con todos".

Mismo mensaje que Montero, sí, ¿y han trasladado a su partido que sería necesario que esta actitud se transmitiera en toda España? Es difícil sostener que el momento requiere responsabilidad cuando el PP siempre ha ido con el "no es no" a las cuentas del Estado sin prestarse siquiera a negociar cosméticamente. PSOE y PP llevan demasiado tiempo fabricando discursos divisores, excluyentes.

Pablo Iglesias

"La disponibilidad de la EH Bildu para votar sí a los PGE es una buena noticia. Demuestra responsabilidad y compromiso para avanzar con políticas de izquierdas. El bloque de la investidura se refuerza y será de legislatura y de dirección de Estado".

Más allá de PSOE y PP, con sus tacticismos de oposición, el Gobierno central tiene un problema: desde el propio Gobierno se ha trabajado para boicotear esos consensos. Iglesias, como líder populista, necesita bloques enfrentados. Sacar a Cs ha sido una obsesión, como para Rufián: "Ciudadanos no es que sea incompatible con ERC, es incompatible con la izquierda… Lo de las derechas y las izquierdas es solamente un disfraz para las derechas" (y lo dice desde un partido que lleva años gobernando con la derecha convergente en Cataluña). Esto es lo que hay. En el momento en que la sociedad española necesitaba más unidad, incluso más consensos , Iglesias ha liderado la división polarizada: todo voto de izquierdas es noble, incluso Bildu, y todo voto de derecha es indigno, enfatizando que Cs "forma parte de la foto de Colón". Se ve que para Podemos la foto de Colón es más deshonrosa que la foto de Hipercor.

Oskar Matute

"Paso a paso, decisión a decisión, vamos a ir desmontando el andamiaje de privilegios y de democracia secuestrada para recuperar los derechos que han sustraído a la gente".

Claro que sí, también Bildu habla de responsabilidad, por si aún le queda a alguna credibilidad a la palabrita de marras, y hasta da algunas lecciones de democracia. Incliso al socialista Fernádez Vara, por lamentarse, Matute le sacó un viejo carnet de AP (se ve que a Matute le parece más innoble un pasado en AP que un pasado de amonal y tiros en la nuca con 850 muertos). No disimulan demasiado. A la misma hora, en el Parlamento vasco, un conmilitón proclamaba: "Nosotros vamos a Madrid a tumbar definitivamente ese régimen". Eso es lo que ha comprado Moncloa por cinco votos al presupuesto.

Inés Arrimadas

"Jamás podrán decir que no tuvieron otra opción".

Arrimadas, única voz dispuesta romper el bloquismo, tuvo la habilidad de poner al Gobierno ante el espejo, tendiéndoles la mano, con el efectismo ciceroniano de la actio retórica: "Van a tener que elegir entre la moderación de Cs y la igualdad de todos los españoles que representa mi partido o la radicalidad económica y cacicadas nacionalistas de ERC y Bildu. Tienen que elegir". Sí, había elección; Bildu, ésa es otra mentira, no era una necesidad: 120 PSOE + 35 UP son 155, más los 10 de Cs suman 165, más los 6 de PNV son 171, los 4 de PdeCAT desmarcados de Junts son 175, y ni siquiera necesarios porque tienen 2 de Más País, 1 de Compromís, 1 de Nueva Canaria, 1 de Teruel Existe y quizá 1 cántabro. Bildu no era necesario; es la elección de Iglesias, consentida por el PSOE, para dinamitar los últimos puentes.

José Luis Ábalos

"¿Podemos aceptar que una fuerza esté en el parlamento, pero no normalizar su actuación?"

El secretario de Organización del PSOE se ocupó de bendecir a Bildu: si "está en el Parlamento" hay que "normalizar". La portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, remató su normalización en los presupuestos "pactados por partidos democráticos, que cuentan con toda la legitimidad de haber sido elegidos por los ciudadanos". Así se blanquea la memoria de ETA. Como si aceptarlos en la normalidad parlamentaria incluyese sumar con ellos. Este oportunismo del PSOE, eso sí, tiene un efecto colateral: si hay que normalizar a Bildu, se entiende que también a VOX, otra fuerza parlamentaria votada por los ciudadanos, que además no tiene el mismo pasado sangriento.

Carmen Calvo

"No vamos a apoyar a Bildu. Para nosotros eso son líneas rojas y los socialistas, con nuestros defectos y virtudes, somos muy de fiar. Todo el mundo sabe a qué se puede atener con nosotros, cuales son nuestros principios y las líneas que no pasamos".

Esto, en términos narrativos, debería cerrarse con un "no hay más preguntas, señoría". Ahí está todo. La frase es un autojaque mate. Claro que hasta ahora era el discurso oficial del partido, como insistía Sánchez en la televisión navarra a la pregunta de posibles pactos: "Le estoy diciendo que con Bildu no vamos a pactar. Si quieres lo digo cinco veces o veinte durante la entrevista. Con Bildu no vamos a pactar. Se lo repito, con Bildu no vamos a pactar. Si quiere se lo repito otra vez". Claro que eso lo dijo Sánchez, no el presidente Sánchez. Cierto, aunque lo de Calvo sí lo dijo la vicepresidenta Calvo. En fin, el valor de la palabra no cotiza demasiado alto. Está misma semana Calvo insistía en que estaba prohibido bajar el IVA de las mascarillas, hasta 5 minutos antes de hacerlo, cuando se sabía que era posible desde mayo. Y ya se sabe, IVA, Bildu, qué más da.

Susana Díaz

"Bueno, es que mi posición sobre Bildu siempre ha sido la misma, la conocen de sobra; no comparto nada con Bildu ni con el señor Otegi…".

Quizá con demasiado retraso, un día después de Lambán, Vara y Page, al final Susana Díaz rompió el silencio cómplice. Eso sí, sólo ligeramente. Escogió un "ya saben lo que pienso" en lugar de un claro "pido a mi partido que no pacte con Bildu", no fuese a incomodar a Sánchez, como otros barones. Presumiblemente Susana Díaz no habrá logrado convencer a quienes esperaban de ella más coraje, pero en definitiva se maneja con el derrotismo interior de quien ha tenido que convertirse en escudera de su viejo enemigo.

Jesús Aguirre

"Estamos trabajando a un ritmo tan grande que muchas veces no lo hacemos bien, y en esa orden no lo hicimos bien".

La disculpa del consejero lo honra, siquiera por lo inhabitual. Pero vaya por delante, contra el adagio popular, que rectificar, antes que de sabios, es propio de quienes se habían equivocado previamente. Y se habían equivocado. El Gobierno andaluz ha derivado de la "anticipación" a la retardación. Van a rastras de los acontecimientos. Se ha visualizado esta semana al presentar el plan de ayudas a los sectores afectados por las medidas contra la pandemia: era muy evidente que se presentaba algo que aún no existía, aunque se le pusieran cifras concretas para darle presunción. Hay un momento en que no sirve "estamos trabajando en…" sino "podemos anunciar que…". Las medidas económicas debieron acompañar a las medidas sanitarias, antes de que al cerrar persianas cerrasen también la esperanza.

Alberto Jiménez-Becerril García

"Cómo me gustaría poder coger un autobús, una vez al mes, durante 12 horas para poder ir a ver a mis padres…".

Esas 21 palabras, como los 21 gramos que pesa el alma, equivalen a una episodio de Patria, o a todo Patria. Una vida en 81 caracteres. En fin, los 21 gramos de las viejas mediciones del Dr. Duncan MacDougall están en entredicho, pero no el alma de esas 21 palabras. Más allá del debate del acercamiento de presos, que por cierto ya inició el PP con Aznar y Mayor Oreja, interpela a la pérdida de toda dimensión moral en la política. Si esto es lo que hay, con Bildu blanqueada en las ecuaciones, no duden que la democracia, tal como la hemos conocido, va a debilitarse. Populismo, nacionalismo y otras corrientes están ganando. Desde luego habrán ganado su hay que aceptar que la foto de Colón es más indigna que la foto de Hipercor.

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