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Análisis

antonio ramírez de arellano

Parlamentario del PSOE-A y portavoz de Hacienda

Ejecución del Presupuesto 2019: pitos

La Junta ha incumplido las previsiones; fueron advertidos en mayo, pero se creyeron su inventiva

En el mundo del toro se recurre al tópico de la tarde de decepción cuando un festejo no está a la altura de la expectación creada por empresarios, por apoderados o por gacetilleros. No suelen ser ajenos los propios toreros a la generación de expectativas injustificadas. En general es un acto de irresponsabilidad y sin recorrido; el público, normalmente, sólo puede ser engañado una vez. Las tardes de decepción pueden perdonarse a los toreros de arte, con duende, que dan motivos para ser esperados. Cualidades estas completamente ajenas al actual Gobierno de la Junta de Andalucía.

En efecto, PP y Cs han dedicado la mayor parte de su esfuerzo desde enero de 2019 a la propaganda y a fabricar lemas vacíos. A generar expectación. Uno de los titulares más machaconamente repetidos ha pretendido convencer al respetable de que son buenos gestores. Los antecedentes de los gobiernos del PP en la Comunidad de Madrid o la de Valencia no invitaban a creerlos, pero los tendidos suelen ser bonancibles, y conceden el beneficio de la duda, que en este caso no ha disminuido el fiasco.

La Junta de Andalucía ha incumplido, por un amplio margen, las previsiones del Presupuesto del ejercicio 2019. Fueron advertidos de la irrealidad de sus cuentas cuando las presentaron el pasado mes de mayo, pero se creyeron su propia inventiva, dando muestras de preocupante bisoñez.

Para empezar, hablemos con rigor de magnitudes comparables. El Ministerio de Hacienda singulariza como indicador válido de la ejecución presupuestaria a la cuenta de las Operaciones no Financieras, de las que se excluyen aquellas de mera intermediación (por ejemplo, la Participación de las Corporaciones Locales en los Ingresos del Estado, o el Fondo de Garantía Agraria). En el mismo orden de cosas, ingresos y gastos ejecutados se computan en términos de derechos y obligaciones reconocidas por o a terceros. Los datos que a continuación presentamos, aún provisionales, provienen del Ministerio de Hacienda, de la Intervención General de la Junta de Andalucía y de la Oficina Presupuestaria del Parlamento de Andalucía.

En el apartado de ingresos, el presupuesto definitivo ascendió a 27.312 millones. De éstos, se han obtenido un total de 24.976 millones. Es decir, los ingresos han sido 2.336 millones menores de lo previsto y, de hecho, han bajado un 0,2% respecto al ejercicio 2018.

Los gastos contaban con un presupuesto definitivo de 27.210 millones, de los que se han realizado 25.183 millones. Un gasto, por tanto, 2.027 millones por debajo de lo presupuestado, con un 92,6% de ejecución. Los gastos de 2019 ha sido sólo un 1,1% superiores a los de 2018, en contraste con la previsión de subida del 5,7%.

Llama la atención la inejecución del capítulo de Inversiones Reales, que ha ascendido al 47,6%, casi 600 millones. En Fondos Europeos Feder, Fondo Social y Feader), de 2.099 millones presupuestados sólo se ejecutaron 1.087 millones, menos del 52%.

El balance presupuestario es, por el momento, negativo por un importe de 207 millones (en 2018, fue positivo en 124 millones), a la espera de la imputación de otros pasivos y activos para conocer el resultado del ejercicio en términos de las normas de estabilidad presupuestaria. Todo indica un incumplimiento de estas reglas, como ha reconocido el propio consejero de Hacienda, incumplimiento que puede no tener consecuencias negativas para Andalucía gracias a las propuestas de flexibilización que ha hecho la ministra de Hacienda.

Un matiz preocupante, que arroja serias dudas sobre el Ejercicio 2020, es que hasta noviembre de 2019 el gasto crecía a un ritmo del 6,7%, para terminar, como se ha dicho, creciendo sólo el 1,1%. En diciembre de 2018 se imputaron obligaciones en torno a 3.600 millones, frente a una estimación de sólo 2.500 millones en diciembre de 2019. ¿Por qué este frenazo? ¿Qué impacto van a tener estas obligaciones aplazadas cuando se imputen a 2020? ¿Se está empezando a crear una bola de obligaciones sin imputar?

El Gobierno de la Junta de Andalucía intenta ahora pasar de puntillas por estas evidencias, pero se suman a las sombras que vienen de la Economía en Andalucía: el crecimiento PIB fue del 2,1% en 2018, por un 1,9% en 2019; el paro ha crecido en casi 18.000 personas desde diciembre de 2018; las exportaciones han retrocedido un 2,2% en 2019, cuando crecieron un 4,9% en 2018…

Los hechos han tardado pocos meses en consumir la credibilidad económica y presupuestaria de este Gobierno. Los pitos empiezan a escucharse por los tendidos y el toro de 2020 ha salido midiendo terrenos.

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