Se suele decir que las encuestas son un diagnóstico en un momento dado. Cuando lleguen las elecciones, el momento será diferente. No obstante, el Barómetro Socioeconómico de Sevilla, que ha elaborado el Centro Andaluz de Prospectiva presidido por Antonio Pascual, ofrece unos datos que son bastante favorables para el alcalde Espadas y su equipo de gobierno. Lejanos quedaron aquellos tiempos pretéritos del "Alcalde, babucha, el pueblo está en la lucha", pero el Ayuntamiento es el manifestódromo principal de Sevilla. Es decir, que siempre hay cabreados e indignados por algo que protestan en la Plaza Nueva. Aun así la gente de a pie está razonablemente contenta; o eso, se supone en el barómetro.

Por lo que he visto y oído, dieron algunos datos curiosos. El 34,6% de los sevillanos opina que la situación ha mejorado en el último año, frente al 21,6% que piensa lo contrario. Y los más contentos son los jóvenes, que antaño eran los contestatarios. Es decir, que el gobierno municipal recibe una aceptable acogida entre los potenciales votantes de coleteros unidos, por un lado, y naranjitos, por el otro.

Además, resulta que los jóvenes de 18 a 34 años consideran que su primer problema es el transporte público (34,4%). ¡Por delante del paro! Es tremendo. Eso debería significar que Sevilla va bien, aunque otros indicadores se empeñan en precisar que Sevilla va fatal. Hay un desfase entre la realidad presunta y la percepción.

Otras curiosidades: el 80% de los encuestados valora el Metro como la prioridad para la ciudad. ¿Lo ven como era cierto? Con razón están pactando. Y, además, que el 70% de los sevillanos encuestados es partidario de restringir el tráfico en el centro. Sobre todo supongo que serán más partidarios los que viven en las periferias. Ahí se aprecia que se equivocaban (como la paloma de Alberti) quienes defendían los coches hasta por la calle Tetuán. Y ha vuelto el optimismo: el 60% piensa que la situación mejorará el próximo año.

¿Y por dónde puede atacar Beltrán Pérez, a la vista de las circunstancias? Todavía les queda la limpieza, un tema queridísimo por los mayores y por quienes piensan que la izquierda es más sucia. Pero Espadas ya emprendió una campaña con Lipasam para hacer de Sevilla la ciudad más limpia del mundo. Está en ello, aunque le falta, y se ven ratas de todo tipo, de vez en cuando. Sin embargo, con barómetros como éste, se van a borrar varios candidatos.