Una Eurozona a dos velocidades

Las principales economías de la Eurozona siguen mostrando un patrón de crecimiento a dos velocidades. Tras mostrar la primera lectura de los datos de contabilidad nacional una aceleración en el primer trimestre del ritmo de avance trimestral de PIB en España e Italia frente Alemania, las últimas referencias sobre la evolución de la producción industrial y de las ventas minoristas en la primera potencia europea alimentan en su caso nuevamente el riesgo de recesión de cara al próximo invierno.

A pesar de la moderación de los precios de la energía y la diversificación de las fuentes de suministro de GNL, sobre la coyuntura económica alemana y su tejido industrial continúa pesando el impacto de los elevados niveles de inflación, el endurecimiento de las condiciones financieras, la rotación del consumo de los hogares hacia los servicios, el menor ritmo de inversión empresarial y la desaceleración del comercio mundial. En un contexto en el que China está experimentando una recuperación de la actividad económica menos dinámica de lo previsto, principalmente por el deterioro de las perspectivas de su sector industrial y exportador y las heridas socioeconómicas provocadas en su mercado laboral y en la riqueza de los hogares chinos tras tres años de política zero covid y por las implicaciones de la crisis inmobiliaria.

Una combinación de factores que ha lastrado la producción industrial alemana en marzo (último dato disponible), que registró la mayor caída de su actividad (-3,4% mensual) en un mes en el último año a pesar de la relajación de los precios

de la energía y de la progresiva normalización de las cadenas de valor globales. Y que junto a la fuerte contracción de las ventas minoristas han vuelto a despertar el fantasma de la recesión en Alemania de cara al próximo invierno.