SIEMPRE que llegan las vísperas del Festival de Málaga digo lo mismo: “qué bonita está la novia”. La ciudad se pone guapa, guapa, guapa, vistiendo con sus mejores galas y sin regatear guiños de complicidad para recibir al novio, el cine español, en una relación que se prolonga por espacio de 22 años. Pero si quieres arroz, Catalina, sabedor de que la tiene en el bote, el novio se permite coquetear con otras, ir a aire, manteniendo esa posición tan cómoda como es la de dejarse querer. Y la pasión se da por sobreentendida.

Alejandro Amenábar y Pedro Almodóvar acudirán a Málaga el próximo 25 de enero a recibir un número muy relevante de Goyas a los que estarán nominados. También estarán en el Pabellón Martín Carpena los directores Benito Zambrano y Rodrigo Sorogoyen, que ya conocen la experiencia de llevarse el galardón a casa. En su descargo hay que decir que Sorogoyen se bautizó en Málaga y por partida doble. Primero con ‘8 citas’ y más tarde con su opera prima en solitario, ‘Stokholm’, con la que salió triunfante.

Menos mal que la novia no es celosa y sí que en su caso está completamente enamorada. Que su apuesta sí que va en serio, y está convencida de que la apuesta merece mucho la pena. Málaga se ha volcado en acoger los Premios Goya. Las cifras son elocuentes. El Ayuntamiento aportará 1,4 millones de euros en la adecuación del Pabellón que los debe acoger. Otras instituciones públicas redondearán esa cifra hasta los dos millones.La pareja formada por Andreu Buenafuente y Silvia Abril volverá a presentar una gala que está llamada a ser el programa de televisión más visto del día y también del mes. Pero no estaría de más que poco después, en marzo, por la alfombra del festival malagueño, vuelva a acudir lo más granado de nuestro cine. Y es que esta novia se merece todo y más.