12:33. Llega a mis oídos que Carmen ha manchado mi buen nombre. Que si bajé ayer con la cara pálida para defenderla del sujeto plantado en la entrada, que si me quedé a su vera en el mostrador, que si no salí a decirle cuatro cosas... Un pusilánime, un cobarde, un miedica. Se lo suelto hoy en plan coña y se le suben los colores. "Vengo blancucho de dormir menos que un búho, mujer", argumento. La venganza está a la vuelta de la esquina. Y tanto. Al rato sube una de las señoras de la limpieza: "Juan, que dice Carmen que ha vuelto el señor de ayer". Ja. Me incorporo de la silla como si fuera John Wayne o Charles Bronson. "Ahora mismo bajo". Voy del tirón a la calle. El pobre hombre está fatal de todo. "Qué quiere". "Tengo hambre y no me dejan entrar en los centros de acogida". "Mire, es que la chica de la puerta no está tranquila y tengo que quedar bien porque le estoy tirando los tejos. Le doy dinero para un bocadillo y se va, ¿vale?". "Vale, pero lo hago por respeto a usted y al... Diario 16". Qué obsesión de los indigentes con el Diario 16. Se pira, entro y Carmen me pregunta qué le he dicho. "Que como te moleste más no va a tener calle para correr...". Era mi oportunidad para fanfarronear.

16:47. Se abren las puertas de Jericó para recibir, aleluya, a Paco Camero. Viene pertrechado como si esta misma tarde fuera reclutado a filas para una guerra bacteriológica. ¡Qué calor! Abrimos las ventanas y, con estos de los sofocos, recuerdo una anécdota de Javier Mérida y Alfredo Martínez a cuenta del aire acondicionado en un tórrido, como siempre, verano. Uno, axfixiado, bajaba la temperatura al mínimo; otro, pelado de frío, la subía. En ese absurdo balancín, sin decir ni mu, anduvieron hora y pico por lo menos. Hasta que Mérida, fajado en mil batallas discursivas, zanjó el asunto: "Mira, Alfredo, tengo todo el trabajo repartido y hasta que me vaya sólo tengo que estar pendiente del aire, así que no lo subas más". Triunfo por K.O. en el duodécimo asalto. Nosotros aún no hemos puesto las frigorías a funcionar, pero en la web de Maldonado dan más de 30 grados para el sábado y el domingo. Descanso, así que la máquina del señor Carrier la pondré en casa, aunque le estallen los oídos a Greta Thunberg.

19:59. ¿Dónde está Carmen Calvo? Ya sabemos que la vicepresidenta dio positivo por coronavirus, pero no ha dado señales de vida y eso nos preocupa a Anita, a Camero y a mí. Las agencias no aportan novedades en los últimos cuatro días. A ver si se recupera pronto porque estaba interesante la lucha de poder con Pablo Iglesias en esta teleserie llamada Gobierno. Bandazo en la conversación. Hablemos de sexo. Ninguno de los tres nos hemos informado debidamente, pero empezamos a desbarrar un poco. ¿Esto se puede, aquello no? Igual este blog debe dedicar un apartado diario a tocar esta temática. Mientras le doy vueltas a esta idea tan aguda, un niño de cinco o seis años me saluda mientras da pedales en la bici. Le devuelvo el saludo y rápidamente olvido el plan previo y pienso: "No lleva casco". Miro a la derecha, dirección plaza de la Magdalena, y hay tres niñas más sin la protección, aunque llevan ruedines y no sé si la normativa cambia. Joder, éste sí que ha sido un cambio de tercio surrealista. Necesito quedarmen en casa unos días. To be continued...