Análisis

carmen pérez

Universidad de Sevilla

Inflación y ganancias empresariales

Suben los precios de los productos esenciales y de la energía, y los salarios no están en absoluto a la altura de estos aumentos. El resultado es un deterioro importante del poder adquisitivo de la población y del porcentaje que representa el factor trabajo en los ingresos empresariales. Esta circunstancia pesará sobre el consumo y, por tanto, frenará la demanda, aliviando la presión inflacionaria. Pero esta ruta para controlar la inflación, la usual, además de ser muy dolorosa para gran parte de la población, sobre todo para la de bajos ingresos, puede que no sea suficiente. Muchas empresas están protegiendo sus márgenes, e incluso incrementándolos.

Lo recoge esta semana Isabel Schnabel, miembro del BCE, en un amplio análisis. Apoyada en datos, afirma que, hasta ahora, muchas empresas han podido aumentar sus precios más allá del aumento de los salarios nominales y, en muchos casos, incluso más allá del aumento de los costes de la energía. Y pone un ejemplo: en los sectores de la hostelería y el transporte, las ganancias se han expandido casi un 20% desde la pandemia, más del doble de rápido que la tasa de crecimiento de los salarios nominales. En todas las crisis anteriores se han visto caer las ganancias empresariales; el aumento actual es sorprendente: la fuerte demanda reprimida creó un entorno para que muchas empresas aumentaran los márgenes de beneficio.

Del mismo modo, un artículo del Financial Times del miércoles denuncia que las empresas han utilizado las circunstancias para subir los precios. Han pasado los costes más altos a los clientes, y también han aprovechado para ampliar los márgenes de beneficio. A pesar de los salarios reales negativos, los consumidores han seguido consumiendo, dado la mejora de su posición financiera tras la pandemia, y esta resiliencia en la demanda ha dado a las empresas la confianza para aumentar los precios más rápido que los costes.

Por su parte, el Instituto de Política Económica, un prestigioso centro de estudios económicos, también afirma que las ganancias han contribuido desproporcionadamente a la inflación; Bloomberg recogió que las ganancias de las empresas han alcanzado las tasas más altas desde la década de 1950; y la Reserva Federal de Nueva York también escribió un artículo sobre este tema.

Como todos los análisis macro, esconden situaciones muy diferentes, y muchísimas empresas, sobre todo pymes, lejos de estar viviendo esta ampliación de márgenes, están atravesando un desierto e incluso agonizando. No es así para las grandes: las empresas del Ibex 35 prevén cerrar el ejercicio con fuertes aumentos tanto de ingresos como de márgenes.

Biden esta semana declaraba: "Soy un capitalista, no tengo problema con que las compañías tengan un beneficio justo por su inversión e innovación, pero eso no es ni de lejos lo que está ocurriendo", defendiendo un impuesto extra a las petroleras. Y es que, muchos sectores -energéticas, comunicaciones, constructoras, bancos o cadenas de distribución- consiguen, por la falta real de competencia, fijar sus precios sin que eso haga disminuir la demanda. Así, se hacen necesarias para luchar contra la inflación otras medidas además del endurecimiento monetario.

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