Hoy, en las oficinas y cafeterías, los sevillistas se quejarán de que en la retransmisión del partido del Bernabéu, el realizador y los comentaristas convirtieron en anécdota el empujón de Carvajal a Lamela. Y minutos después de que los del micrófono se plantearan si era algo más que amarilla la brusca entrada de Montiel a Vinicius, justificaban en las ondas la acción similar de Tchouaméni ante Lamela porque el terreno de juego se había puesto muy rápido por la lluvia.

Una sola vez repitieron el penalti de Carvajal a Lamela. Y de puntillas. Como si fuera algo con la misma trascendencia en un partido que subirse las medias o sonarse los mocos. Sin embargo, cada teórica acción punible contra el Sevilla era repetida y escrutada con celo acusador. No es afán victimista. Discurrió con toda naturalidad. Y como si al Real Madrid, tan superior, le hiciera falta este sesgo parcial, estos puñados de sal gorda.

Cuando acabó el partido con la merecida victoria del campeón de Liga y de Europa, el personal denunció que el partido Real Madrid-Sevilla, miren ustedes por dónde, fue el único que no difundió el lema "Ley del Deporte para todos" en el margen superior izquierdo, junto al marcador y el tiempo de juego, para promover la línea editorial que agita el presidente de LaLiga, Javier Tebas, en su confrontación con Florentino Pérez. En lugar de ese mensaje que defiende una Liga más igualitaria (sí...) en la que no salgan tan beneficiados los de siempre, Movistar abundó en su mensaje de solidaridad con el pueblo ucraniano.

Hoy, los béticos también se quejarán en oficinas y cafeterías de esa última acción de Reinildo ante William Carvalho en el área. Sucedió en los últimos minutos del Betis-Atlético de Madrid. Los telespectadores verdiblancos mirarían entonces al margen superior izquierdo para ver el tiempo que faltaba. Y más de uno leería entonces el lema de marras: "Ley del Deporte para todos".