Análisis

Eduardo Florido

La Liga, el pan y el sueñoNo es aperitivo, sino plato contundente

Sevilla y Barcelona dirimen la primera de sus dos grandes citas en cinco días con el gran señuelo de que la lucha por el título se ha abierto inesperadamentereal betisPellegrini pide "inteligencia" en Cádiz para luchar por EuropaEn la turbamulta de tanto Sevilla-Barça, hoy se va a pleitear por no tirar la toalla por la Liga

De pronto, la Liga se ha puesto tontorrona. La vieja dama, tan esquiva para la mayoría de miembros de la sociedad futbolística española, ha sacado de forma inesperada su vertiente más seductora para enganchar incluso al Sevilla, por muy quimérico que suene esto. El Barcelona también ha agradecido ese sorprendente coqueteo ante los fallos reiterados del Atlético ante el Levante, gran animador del cotarro en dos partidos seguidos, el aplazado y el de la anterior jornada. Siete puntos separan ahora al líder del equipo de Julen Lopetegui, los mismos que tiene éste de colchón sobre el quinto clasificado. La meta es la cuarta plaza que luce ahora, después de que el Barcelona, que lleva un partido más, recuperase el terreno perdido en el partido aplazado ante el Elche, que todavía deben jugar los nervionenses, pero... Hagan juego, señores, la ruleta está abierta.

Que se haya abierto inesperadamente la ruleta de la Liga le da una mayor trascendencia al encuentro de hoy. No es que Ronald Koeman fuera a regalar nada en la cita liguera previa a la vuelta de la semifinal de la Copa del Rey. Pero que declarase antes de esos traspiés del Atlético que el Barcelona debía centrar todos los esfuerzos en la Copa, tras el varapalo en la Champions, sí era una pista que podría facilitar las cosas al Sevilla ante el duelo liguero en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Ahora, el Barça saldrá con todo hoy, igual que lo hará el miércoles en el Camp Nou.

Ciertamente, el que tiene más presión por el señuelo de la Liga, ese pan que da de comer cada día, usando la alegoría que suele emplear Lopetegui para darle la justa importancia a cada cita, es el Barcelona. No puede tirar así como así esa oportunidad que de pronto se le ha brindado de intentar dar caza al Atlético. Y esa presión también puede tener una doble lectura. De hecho, Koeman se encargó de recordar ayer que todos los de arriba se cruzan esta jornada y que el Barcelona no es el único que tiene presión... Ergo, muy cómodo no parece estar con ese recuperado reto de tener que responder a las altas expectativas de luchar de verdad por la Liga. Pareció como si quisiese sacudirse esa presión añadida que es inherente siempre a un equipo como el azulgrana...

Para el Sevilla la presión es otra. Afronta su cita con el almuerzo del pan liguero con la tranquilidad de ese colchón sobre el quinto clasificado, pero desde luego no va a desdeñar el sueño de intentar meterse de lleno en la pelea por el título, aunque esto siempre suene a majadería. Lopetegui no quiere ni oír hablar de eso y hasta Palop quiso salir al paso de este asunto al decir que eso de hablar de luchar por la Liga "son palabras mayores". Pero la jornada puede deparar un nuevo panorama.

La Copa está aparcada. Lopetegui debe sacar lo mejor que tenga sin mirar a la cita del Camp Nou. No es lo más adecuado tener que realizar dos esfuerzos tan continuados contra el potentísimo Barça de Messi, que ha recuperado a gente de alcurnia como Piqué y puede que Araujo. Pero los premios son tan jugosos... El técnico guipuzcoano tiene que medir bien sus pasos, la elección de hoy y la del miércoles, cómo afrontar uno y otro partido. No es sólo el pan de la Liga. Soñar es gratis.

PARA el miércoles, más, mucho más, pero esto de hoy en Nervión no es un aperitivo en el suculento menú que se afronta con el Sevilla y el Barça en la carta, sino un primer plato contundente, con todos sus avíos. Sevilla-Barça esta tarde en el coliseo de Dato, pulso para esa carrera tan reactivada como es la conquista de la Liga desde que el Atleti entró en depresión. Un partido de partidos el de hoy y una expectación atenuada por la grada vacía.

Habitualmente fue un choque desigual, sobre todo desde que emergió un tal Lionel Andrés Messi Cuccittini hace tres lustros largos. Históricamente, y nos vamos a mediados del pasado siglo, un Sevilla-Barça en Nervión era plato fuerte dentro del curso. En su identidad figuraba un dato similar al de hoy, y es que la hora de comienzo era la misma, esas cuatro en todos los relojes que aseguraban su total celebración cuando los estadios no contaban con iluminación artificial.

Entonces, la atracción estaba en quién ganaría, si Juan Arza o Laszi Kubala. Hoy nos estalla en la cara un choque entre el Sevilla quizá más sólido de cuantos acarrearon tanta plata a su sala de conquistas y el Barça más triste que se recuerda. Triste y previsible este equipo que echa en falta cómo ha bajado la producción de milagros de Messi. El paso del tiempo es para todos, para unos más que para otros, y el incomparable genio criollo no está exento de tamaño peaje.

Igualados en la tabla con dos puntos más los azulgrana y un partido menos el Sevilla, ambos están en la pomada por llegar antes que nadie a ese domingo de mayo en que todo acaba. Hace unos días, el Sevilla de Bono supo a qué jugar y le ganó el primer asalto de Copa. El segundo se fía para la noche del miércoles en un todo o nada apasionante, pero lo de hoy no le va a la zaga. Se trata, nada más y nada menos, de no arrojar ya la toalla en la febril carrera por la Liga.

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