Análisis

manuel campo vidal

Primavera de Sánchez y de El Corte Inglés

Si en moda, la primavera la inaugura El Corte Inglés, la primavera política la marca Pedro Sánchez. A las encuestas de intención de voto, con el PSOE en cabeza, el socialista Tezanos les ha sumado el IVA. Quién sabe, pero coincide con lo que se escucha. Que la llegada del nuevo Gobierno ha sido bien recibida por la opinión pública, parece probado. Cuando se cometen errores -tipo avión oficial para viajar a un concierto- se critican pero poco, acaso con la esperanza de que no se vuelvan a repetir. Que las encuestas dicen que no hay que cerrar las fronteras a los que escapan del hambre, es reconocido. Que reunirse con Torra se prefiere a la falta de diálogo, lo confirma cualquier sondeo. Y así sucesivamente.

Definitivamente estamos en la primavera política Sánchez, con un Gobierno fuerte por su solvencia aunque en peligro por su escasa base parlamentaria. El otoño, sin embargo, puede entrar con tormentas: Torra advierte de que puede convocar elecciones, lo que sería récord Guinness, ya que los últimos tres comicios catalanes recortaron la legislatura a la mitad, o sea dos años, y estas supuestas elecciones la dejarían efectiva en sólo meses. Y ojo porque al valenciano Ximo Puig también le hace gracia adelantar comicios quizás coincidentes con las andaluzas que Susana Díaz podría situar sobre el 28 de octubre. Los socialistas se han venido literalmente arriba con las encuestas y quieren disfrutar de la bonanza. Y con un dato más, apenas difundido: por primera vez en muchos años los jóvenes reaparecen en el radar del PSOE como voto preferente. Si esto se confirma, deberían ir con mucho cuidado los socialistas para preservar la rara especie; y atentos sus oponentes en no marcar políticas a corto plazo, aunque las llegadas masivas a las costas, por ejemplo, inviten a demagogia de gatillo verbal fácil.

Pero no todo el buen ambiente primaveral corresponde a méritos de Sánchez. La mejora del empleo y de la Seguridad Social son herencia de Rajoy y es justo reconocerlo. Y aunque la previsión de crecimiento baje una décima, la economía española se muestra sólida. Lo que siempre podrá alegar Sánchez es que con la llegada de su Gobierno no se cumplió ninguna predicción catastrofista del tipo "prima de riesgo disparada" o "inversiones para España con dudas". Dos nombramientos, especialmente, generaron confianza en los mercados: Josep Borrell, ex presidente del Parlamento Europeo, y Nadia Calviño, directora de Presupuestos de la UE.

En ese dibujo de frágil estabilidad, con varios frentes abiertos, el mundo económico está pendiente de si El Corte Inglés, propiamente dicho, cerrará su invierno accionarial y proclamará la llegada de la primavera profesional en su junta general del día 26. Hablamos de una empresa con casi 120.000 empleados y 30.000 proveedores; cualquier desestabilización de ese portaaviones es grave para la economía española. Su estado de salud, el mejor termómetro. Algunos recordamos una charla con Rajoy hace algunos años, en la que nos sorprendió con una prueba de que la crisis comenzaba a remontar: "Me dicen que la caja de El Corte Inglés ha cerrado muy positivamente en noviembre".

Esa entidad ha vivido una dura tormenta entre familiares propietarios que las auditorías, la razón y la Justicia han ido clarificando: "Ganan las hermanas al primo", se suele simplificar como titular. Pero lo importante es que lo hacen apostando por los profesionales para llevar la nave a buen puerto. Definitivamente Sánchez tiene suerte. Que no abuse.

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