Previsión El tiempo en Sevilla para este Viernes Santo

Hoy se celebra el Cabildo de Toma de Horas, en el que quedarán oficialmente aprobados los horarios e itinerarios de la Semana Santa. En los dos últimos años no hubo estaciones de penitencia a la Catedral en Semana Santa, ni tampoco cabildos de toma de horas, pues no había nada que tomar. Este año aprobarán unos horarios e itinerarios de transición, parecidos a los de 2019, con ligeros ajustes. Se ha destacado como novedad que la cofradía de El Cerro del Águila sea la primera del Martes Santo (en 2019 fue la segunda, detrás de San Esteban), pero ese es su lugar natural por antigüedad; y es donde salía desde que se incorporó a la nómina de la Semana Santa en 1989.

Por consiguiente, en los horarios e itinerarios, será una Semana Santa parecida, con pocos ajustes. En la carrera oficial, ídem de ídem. En el aforamiento de calles, ya dijo Juan Carlos Cabrera, teniente de alcalde de Fiestas Mayores y de Seguridad, que no habrá más de los que ya había. El Cecop, con Diego Ramos al frente, quiere ser prudente y pasar lo más desapercibido posible, igual que los árbitros que no forman el taco. En resumen, se pretende que todo sea más o menos como era, cuando dejó de ser. La Semana Santa de 2020 la pasamos confinados y sin poder viajar ni a las parroquias. La Semana Santa de 2021 la pasamos entre colas delante de los templos, con montajes evocadores y con pruebas para ver la capacidad de inventiva de los priostes. La Semana Santa de 2022 se pretende que enlace con la de 2019, después del paréntesis.

Pero la pandemia no ha terminado. Lo ha recordado la Junta de Andalucía. El presidente, Juanma Moreno, ha avisado de que el uso de la mascarilla en Semana Santa se va a recomendar incluso en exteriores. O sea, en las calles, en las bullas, en el momento de pasar los cortejos procesionales. Afecta a los que ven el discurrir de las cofradías, a la mamá o el papá que acompaña al niño o la niña, al que vende los globos, al que pasaba por allí, y a todo el mundo en general. Y desde que sale la cruz de guía de la Paz hasta que entra la Soledad en San Lorenzo. De Domingo de Ramos a Sábado Santo en la carrera oficial. Y también afecta a las Vísperas y a la Resurrección, por supuesto.

Será una Semana Santa con mascarillas, pero en el paisaje urbano tenemos otra novedad. No me refiero a los obstáculos por obras, que todos los años ponen el alma en vilo a los diputados de gobierno afectados, sino a los obstáculos por veladores. Durante la pandemia, algunos bares y restaurantes han llenado de sillas y mesas más de la mitad de algunas plazas públicas y calles. Se ha asumido como normal y conveniente, para mitigar la ruina pandémica. Pero, en Semana Santa, las calles vuelven a ser de todos. Por citar un caso (y hay muchos) la plaza de la Alfalfa no se podrá quedar como está. Eso afectará a muchos negocios, que se deben adaptar a los horarios e itinerarios y permitir las vías de evacuación.

Por mucho que se intente, esta Semana Santa no será como las de antes. Aunque ver pasos en las calles nos permita olvidar las dificultades.

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