Llegó otro fastidioso parón y el rival de nuevo cuño de los equipos, de todos los equipos, tiene el dorsal 19 y rotulado "Covid" en la espalda. Hasta el 3 de febrero no vuelve a competir el Betis en San Sebastián y hasta el sábado 5 no lo hará el Sevilla en Pamplona. Es momento de precaución en la vida privada. Y también de reflexión.

Y mi reflexión la lanzo sin anestesia: ¿por qué no puede ganar esta Liga el Betis? ¿Por qué nadie, o casi nadie, lo aludió ayer en las redes sociales en cuanto el Real Madrid consumó su tropiezo ante el Elche? Quedan 54 puntos en juego y son 10 los puntos que el blanco líder le saca al bloque que, sin duda, mejor juega ahora mismo en la Liga, que es el Betis de Manuel Pellegrini. Vuelcos mucho más retorcidos se han cantado.

El Madrid es el Madrid, nadie encarna la grandeza como él, pero ni de lejos nos encontramos ante un líder poderoso e infranqueable, como campeones ligueros de la contemporaneidad: el Madrid de Mourinho, el de Zidane, el Barcelona de Guardiola, Vilanova, Luis Enrique o Valverde o el Atlético genuino de Simeone, no la agrietada versión actual. Esos equipazos llevaban la Liga a unos 90 puntos.

El actual líder hizo una primera vuelta a ritmo de esos 90 puntos para cantar el alirón, un estrato inalcanzable para el Sevilla y menos aún el Betis atendiendo a sus registros actuales, pero algo me dice que va a aflojar en la segunda vuelta por varios factores: el desgaste de muchos de puntales como Modric, Casemiro, Kroos o Benzema, ya veteranos, el frente siempre prioritario de la Champions ante el PSG o la curva descendente que ya de por sí suelen describir los equipos de Ancelotti. Con ochenta y pocos puntos o incluso setenta y muchos puntos puede bastar. Si el Madrid deja abierta esa puerta, el Sevilla puede verse ante el reto soñado. Y si el Betis mantiene su excelso nivel, ¿por qué no pensar en que en la última jornada se plante en el Bernabéu enfrascado en la pugna por lo mejor?