Análisis

SERGIO PASCUAL

Diputado de Unidos Podemos

En auxilio de nuestros trenes

El consejero de Fomento, Felipe López, abogó recientemente por un pacto ferroviario para Andalucía. Bienvenidas las buenas intenciones para poner el foco en un déficit estructural de las comunicaciones ferroviarias andaluzas.

Convendría no obstante no hacerse trampas con esto ya que la Comunidad Autónoma de Andalucía ya tiene, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 del Estatuto de Autonomía, competencia exclusiva sobre los servicios de transporte mediante ferrocarril cuyo itinerario se desarrolle íntegra y exclusivamente sobre territorio andaluz. Esa misma competencia ya fue asumida de hecho por la Generalitat catalana en enero de 2010 para la gestión de Rodalies, y con anterioridad por algunas de las Comunidades con red métrica (la extinta FEVE), como Euskadi o Valencia.

Y si bien es cierto que el Ministerio de Fomento adeuda a Andalucía conexiones cruciales tales como la Murcia - Almería o el Algeciras-Bobadilla, no es menos cierto que la actitud de hoy de la Junta de Andalucía en defensa de las prioridades ferroviarias contrasta con la firmeza que demostró en 2003, cuando se enfrentó en los tribunales al Ministerio de Fomento en defensa de su competencia para mejorar y desarrollar la A-92 ferroviaria.

Efectivamente, es tan cierto que el ministro De la Serna está boicoteando la A-92 ferroviaria con la construcción del bypass de Almodóvar del Río -que obliga a los viajeros que cruzan Andalucía a recorrer 70km de más-, como es cierto que para pararlo a la Junta de Andalucía le bastaría con volver a poner en marcha las obras del tramo entre Marchena y Antequera, tal y como se recoge en el Protocolo firmado en 2009 con el Ministerio de Fomento.

No menos importante es recordar que el problema fundamental del transporte ferroviario en Andalucía no es de conexión con el centro peninsular. Es por el contrario un problema de movilidad y cohesión. De movilidad porque los cercanías andaluces están lejos de dar servicio eficaz a la ciudadanía. Los de Sevilla colapsan en hora punta y no llegan a municipios como Osuna, Arahal, Aznalcazar, Carrión o Pilas, los de Córdoba no cubrirán el tramo Villa del Río-Palma del Río y los gaditanos ni atisban la reconexión con Sanlúcar y Rota, como los malagueños la suya con Marbella.

Y es un problema de cohesión y vertebración, porque de Córdoba a Madrid se tarda hoy lo mismo que a Jaén, y de Málaga a Madrid se tarda la mitad que a Cádiz. Esta descohesión supone una dura competencia desleal para nuestras ciudades medias ya que "a la misma distancia", Madrid fagocita todas las relaciones comerciales. Por otro lado las empresas de ámbito estatal cierran delegaciones en las "capitales AVE" andaluzas, ya que teledirigen sus negocios locales desde el vagón de AVE.

Seguir la estela de la Comunidad Valenciana, Euskadi y Cataluña, asumiendo la gestión del cercanías y el media distancia será sólo el primer paso para revertir el erial ferroviario de Andalucía y el aislamiento nuestros pueblos y ciudades medias impuesto por la lógica centralista. Démoslo juntos.

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