Bullying sin vacaciones

18 de octubre 2025 - 03:08

Siempre el suicidio deja un manto doloroso en el entorno del suicida, pero si quien decide quitarse la vida tiene catorce años, el dolor se multiplica y se hace insuperable. Y cuando la causa se debe a esa lacra del acoso escolar que siempre ha ocurrido y con el que no se encuentra la medida para combatirlo, al dolor se le une el temor de que pueda pasarle a alguno de tus descendientes. La crueldad del niño que nace cruel es un problema parece que inabordable y de otra forma no se comprende cómo los dirigentes del colegio de turno no son capaces de evitar una tragedia como esa. El suicidio de Sandra Peña, catorce años, toda una vida por delante, exige que se depuren responsabilidades. No puede ser que ocurran estas cosas y en mano de los dirigentes del centro escolar debió estar el ponerle coto a esa persecución. Pero es que un problema que existe desde siempre, hogaño se multiplica por ese teléfono móvil que no descansa. Antaño había una tregua en tiempo no lectivo, pero ahora el dichoso bullying no tiene vacaciones.

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