Siempre se recordará a Monteseirín y a Torrijos por los incomparables carriles bici de Sevilla. Zoido y Espadas siguieron y ampliaron la red de carriles, que ya van por no sé dónde. Pero el honor se les ha quedado a los otros, de modo que los carriles bici se adjudican a Monteseirín y Torrijos, por aquel gran entusiasmo que pusieron, mientras la Sevilla antigua los criticaba, sin entender que las bicicletas no son de izquierdas ni de derechas. Soledad Becerril fue vista en bici antes de ser alcaldesa. Aunque creo que el primer concejal ciclista de verdad fue Ricardo Marqués, elegido en la lista de IU con Los Verdes. A IU y a los ecologistas se les ha relacionado mucho con las bicicletas. Unos eran del sector de Marx y otros de Gómez del Moral.

Pero Juan Espadas ha encontrado un filón: puede pasar a la historia como el alcalde que ha llenado Sevilla de circuitos de running. A esto de correr se le debería nombrar en castellano correr, que es de lo que se trata. Sin embargo, siempre se le dijo en inglés. Primero era footing (de eso sólo nos acordamos los rancios del chandal), después se conoció por jogging (que sonaba raro, como a perversiones), hasta que se puso de moda el running. Siempre ha consistido en lo mismo: en correr varios kilómetros, preferiblemente por parques y jardines. Algunos puristas establecen una diferencia: para el running hay que correr el kilómetro en menos de seis minutos, si no sería jogging. Pero hoy hasta los que van andando se consideran runners y se compran zapatillas de élite. Y ya corren casi más mujeres que hombres. Por el contrario, el footing era masculino en un 90%, o puede que incluso más.

El concejal de Parques y Jardines, David Guevara, que lo es también de Deportes, está simultaneando ambas facetas, entre apeo y apeo, y así ha anunciado nuevos circuitos en el Parque de María Luisa, la Vega de Triana y Los Bermejales, que se sumarán a los de Miraflores, Amate y el Tamarguillo. Pronto habrá más señalizaciones, puede que de todos los géneros.

Sevilla es una ciudad estupenda para el running, sin necesidad de circuitos en los parques. Cada cual corre por donde puede. Hay circuitos, como el de la Nocturna del Guadalquivir, que están obstaculizados durante el resto del año por culpa del tráfico. Para el corredor sevillano los principales peligros son dos: el tráfico y que le caiga un árbol. La seguridad es lo principal, más allá de todos los circuitos.