Análisis

Rogelio velasco

La catástrofe económica venezolana

El proceso económico en el que la tasa de crecimiento de los precios es muy elevada -típicamente tres dígitos-, erosionando rápidamente el valor del dinero, lo denominamos proceso de hiperinflación.

Este proceso está originalmente causado por la aparición de grandes déficits públicos que son financiados por la creación de dinero por el banco central.

En muchos casos de hiperinflación que encontramos en la historia -la revolución francesa o la Alemania de Weimar- la causa original se encuentra en los desesperados intentos de los gobiernos por financiar la guerra, emitiendo dinero a escala masiva. Pero ha habido otros no causados por conflictos bélicos.

En estas circunstancias, el público no quiere poseer sus activos en forma de dinero -porque se devalúa a un ritmo muy rápido- desprendiéndose del mismo tan rápidamente como puede, intentando adquirir una moneda extranjera fuerte -en nuestro mundo, el dólar- para mantener el valor de su riqueza. Este proceso se autoalimenta y acelera.

El público cambia la denominación de su riqueza, abandonando la moneda local y adoptando el dólar. Esta se convierte en la referencia para fijar los precios de todos los bienes y servicios. Aun cuando el gobierno fije un tipo de cambio de la moneda local respecto del dólar, el proceso de hiperinflación provoca que la devaluación en el mercado de la moneda nacional sea más rápida que la que refleja la cotización oficial.

Aparece, en estas circunstancias un mercado negro paralelo en el que los ciudadanos intentan a la desesperada -día a día- adquirir dólares para conservar su riqueza. El mercado negro aparece porque las grandes demandas de dólares de familias y empresas no pueden ser satisfechas por las reservas de dólares con las que cuenta el banco central, si es que cuenta con alguna. Nadie trabaja; todos especulan.

Al fijarse los precios en dólares, con la moneda local devaluándose rápidamente, el público necesita crecientes cantidades de moneda local para poder adquirir la misma cantidad de un bien o servicio.

Con esta dinámica, las compras y ventas no se realizan teniendo en cuenta el precio actual, sino el precio futuro, porque las expectativas inflacionistas de los agentes han arraigado fuertemente. La profecía se cumple a sí misma. Si todos tomamos decisiones en una determinada dirección -en este caso, la venta masiva de moneda local- al final, el escenario imaginado sucede: la elevación descontrolada de los precios. Las ventas a crédito desaparecen y los tipos de interés, precios y salarios se indician todos a la muy elevada tasa de inflación.

Una partida de violentos ignorantes gobiernan Venezuela. La inflación actual es del 80.000%. El FMI estima que alcanzará el 1.000.000% al final de este año. Esta semana han suprimido cinco ceros de las actuales denominaciones, en un intento de atajar la inflación. Esto no valdrá para nada. El banco central sigue sufriendo una hemorragia monetaria incontenible y los precios seguirán acelerándose a un ritmo creciente.

Para empeorar la situación, se ha elevado el salario mínimo un 3.000% y prohibido a los comerciantes subir los precios. Si esto se cumple, todos los negocios tendrán que cerrar por pérdidas crecientes. En la devastada economía venezolana, todos sufren, mientras que los miembros del partido neocomunista que gobierna roban lo que pueden y lo sacan del país.

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