ESTE artículo debía titularse El disputado voto de la señora vaca, pero quizá éste sea el momento de parar, templar y, evocando el libro Elogiemos ahora a hombres famosos de James Agee, galería de retratos en la Gran Depresión, titular Elogiemos ahora a los candidatos animosos. En definitiva han hecho su trabajo. Claro que El disputado voto de la señora vaca hubiera estado bien, porque esta campaña ha sido realmente animal, con vacas, ratas, medusas y, claro está, dragones…

-Eh, y a mí Moreno Bonilla me llamó perro…

-Que sí, Juan Marín, también perro…

La primera tentación, claro, es bufar "estos candidatos son unos cretinos". La campaña ha tenido demasiado anecdotario bobo. Y no parece que esos chascarrillos beneficien a nadie. El viejo eslogan de Andalucía, la que divierte, lema de una región que servía de proveedor nacional de humoristas, o más bien de cuentachistes, parece muy presente. En la política se ha impuesto, como vio venir Neil Postman, la lógica del show business. Como él ya se preguntaba, ¿de qué nos reímos y en qué momento dejamos de pensar?

Los candidatos creen que la lógica electoral exige espectáculo. ¿Seguro? Cuando un candidato posa con una vaca, quizá un asesor le ha recomendado posar con esa vaca… pero sólo al candidato se le llamará idiota. O tal vez incurrirá en errores propios, pero ¿y quién no? Nada causa más errores que ser uno mismo, admitía Ignatieff al pasar por esto. Por lo demás, vale más un hombre cuando está siempre observado, decía lúcidamente Balzac... y los candidatos están 24/7.

¿Quién aguantaría ahí? Cuando comenzó la campaña, ya llevaban 37 días. ¿Quién no diría una gilipollez? Ha sido duro, admitámoslo; y no les queda una tarea fácil. Así que hoy, al menos hoy, jornada de reflexión, elogiemos a los candidatos.