Se habrá levantado temprano, expectante. Sobre la mesilla de noche mirará de reojo ese sobre ocre con un escudo impreso. Le han dicho que es importante porque dentro contiene unos papeles que le permitirán cumplir su sueño. Una rápida mirada al cielo bastará para hacernos comprender que hoy, sea cual sea su color, nada impedirá que la blanca espuma que como cascada cae colgada de la percha, encuentre la cálida humanidad de tu hijo.

Pasarán lentos los minutos, el almuerzo frugal, el camino interminable hacia el bosque de columnas repleto de una pequeña generación intranquila, marcada a fuego con la cruz del apóstol fiel, del amigo de las horas difíciles. Por entre las coloridas vidrieras, flechas azules y blancas, verdes y rojas harán diana en los dorados retablos envolviendo de una magia espectral el templo, unos límites de los que nadie es consciente en este momento porque el tiempo y el espacio parecen no existir en este alocado torbellino de cirios, varas, colas y capirotes.

Se abrirán las puertas, fluirá la marea blanca; primero vertiginosa, descendiendo de la altura con pasos cortos y precipitados; después lenta, arropada por un mar de corazones entre las dos orillas que marcan la curiosidad, la fe, la alegría, la vivencia, el sentimiento...

Calor, sofoco, un dejarse llevar, un andar sin saber hacia dónde, sólo siguiendo la cruz, sólo siguiendo al Amor, remachando en cada paso los mismos caminos recorridos en el tiempo por otros pies, otras sandalias, otros hermanos; así desde hace siglos, así hasta dentro de muchos siglos.

Sin solución de continuidad pasará todo en un instante. Como ha pasado veloz esta vida que por última vez vestirá de blanco y que esperará un año entero para oler, para tocar el ruán de los mayores. La tarde caerá y las sombras de la noche reposarán sobre sus hombros, esos hombros en los que se recostará la cabeza de otro pequeño nazareno cansado que hoy, como ayer, vuelve a dar sentido al misterio de su Redención, al misterio de la Semana Santa de Sevilla.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios