Somos 577 millones en español. Se dice pronto. A fecha de hoy, oficialmente, somos 577 millones los hablantes que nos expresamos en esta lengua, la mayoría en el continente americano. Menuda fortaleza. Y en TVE sin prestar ni la más mínima atención a esta anécdota sobre nuestro más firma patrimonio.

Mientras espero sentado a que los nuevos responsables de la Corporación tengan a bien poner en marcha un concurso que fomente el uso correcto de la lengua castellana (un formato que existió desde sus inicios en los años 50 hasta que la primera década del siglo XXI) evocaré cómo era ese espacio titulado 300 millones con el que TVE quería establecer puentes con los países iberoamericanos.

Lo primero que llama la atención es el título. En 1978, 300 millones de hispanohablantes, y cuarenta años después son casi el doble. Pese a los bajos índices de natalidad en España no es exagerado decir que para dentro de sólo tres o cuatro décadas los hablantes de nuestra lengua superarán los mil millones. Un dato nada baladí.

Pero vuelvo a 300 millones, que en su etapa fundacional se emitió los domingos a medianoche, como de incógnito, media hora después de que se hubiesen cerrado las emisiones de TVE, para ser emitido simultáneamente en los países del otro lado del Atlántico. El decorado del programa, y ha pasado suficiente tiempo para confesarlo sin que nadie se lo tome a mal, era precario y soso, por no decir directamente horrible. Ahí quedan los archivos como testigo de tantas actuaciones musicales de artistas de primera que pasaron por el mismo. Con su puesta en escena raquítica, y el logotipo del título colgando al fondo como única seña identificativa. Con decir que ni siquiera estaba a la altura del Festival de la OTI, está todo dicho.

Lo que nos une a 577 millones de hispanohablantes merecería, hoy, más atención televisiva. Y por supuesto desde la cadena pública.