La ventana
Luis Carlos Peris
Y por encima de todo, la marca Sevilla
Era la modernidad rubia, con aura elegante y misteriosa. Uno de los rostros perfectos del cine español y el más prolífico en la publicidiad del desarrollismo. No hay producto que no estuviera asociado a las refinadas facciones de Teresa Gimpera, que fallecía este martes en Barcelona a los 87 años. Su rostro y su silueta lo tapaban todo. Era reincidente en las contraportadas, los anuncios del cine y en el televisor en blanco y negro. Llegaba a anunciar telas de cortinas, brandy, tabaco o materiales de construcción. Para anunciar ropa interior se ponía detrás de un maniquí para ensoñar con la sedosidad del tejido. Con Gimpera, que no pudo completar el casting que le pidió Hitchcock, la censura miraba de reojo, no fueran a animarse demasiado los ojos ajenos.
Era tal la frecuencia de encargos publicitarios que recibía la musa de Igualada que salía en la tele más que Franco, como se llegó a proclamar. Se repetía por los intermedios mientras en el cine protagonizaba Fata Morgana y después la grandiosa parábola de El espíritu de la colmena. No se entiende que rodara títulos de destape cutre que nunca le hubieran hecho falta.
En TVE, desde Barcelona, llegó a presentar distintos programas como Telerevista, pero Gimpera era mejor colaboradora y entrevistada que presentadora. La conducción del Festival de Benidorm de 1976 rozó el desastre absoluto y el público llegó a abuchear al ganador, Dyango. En esas labores era más eficaz su paisana paralela, Mónica Randall, que era la que con José Luis Uribarri presentaba entonces el Festival de Mallorca. Años después ambas actrices veteranas fueron de la mano para evocar cómo eran esos tiempos de primeras imposturas, despertares y cuando Barcelona se situaba en el centro de Europa. Sí, otros tiempos.
Gimpera, atrevida, era la fantasía de una España próspera y europeísta donde las casas podían rebosar de electrodomésticos, muebles funcionales y copazos para el marido. La fallecida actriz, empresaria, iba por delante del mundo con su rubio marilyn y ojazos mediterráneos.
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