La ventana
Luis Carlos Peris
La titánica y brava lucha de Manu
Desde muy temprana hora mostraba la sabatina un fidedigno retrato de mañanita de Jueves Santo con el ir y venir de gente en busca de los templos habituales, con Pureza y el Patrocinio convertidos en un hervidero de personas que iban al encuentro de la Esperanza morena y de ese Cachorro que otra vez iba a cruzar el puente. ¿Y qué decir de Parras como muestra de cómo es la Vía Apia del macarenismo y con el atrio repleto? Decididamente era la repetición de una mañana de Jueves Santo, pero sin armaos custodiándola. Impresionante Gioconda a lo divino y tremendo, fastuoso con la túnica persa, el Señor de Sevilla a horas de asomarse a esa plaza siempre viva. Era todo como una refulgente mañana de Jueves Santo, que hasta los mercurios se atemperaban para parecer más primavera que las puertas del invierno.
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