Análisis

Gumersindo Ruiz

No necesitamos tanta negatividad

Invitado por Moody´s Analytics sigo el debate de Gaurav Ganguly, Barbara Texeira y Kamil Kovar, sobre la recesión en Europa. Pocos análisis he visto tan bien enfocados de cómo podría evolucionar la situación actual, pensando a tres años, pues todavía empeorará antes de mejorar; mirar las cosas día a día es "ephemeris" y de año en año "annalis", dice Elio Antonio de Nebrija (1492), con sabia precisión sobre los tiempos. El crecimiento en la zona del euro caerá al 1,25% en 2023 y se recuperará en 2024 en el entorno del 2,5%, mientras que la inflación bajará al 4%, y al 2%. El paro se queda en el 8%, y el BCE subirá tipos hasta el 2,5% y tardará en reducirlos. La segunda idea es sobre la vulnerabilidad al gas ruso, con un momento dramático en febrero de 2023, cuando no haya reservas, lo que no mejorará hasta el verano; los precios bajarán, pero se han multiplicado por seis desde hace un año. El petróleo sí que puede mantenerse en 100 dólares por barril y caer a 70 en 2024; sabemos que de un 10% de inflación cuatro es la energía, 2,25 alimentos, dos, servicios y 1,75 otros bienes, por lo que reducir la demanda y aumentar la oferta de energía es crucial.

También se comprueba cómo España se alinea con los países de la UE en transferencias a grupos vulnerables, reducción impositiva, regulación del precio minorista, y del consumo. Es peculiar que Francia pueda controlar el precio de la empresa nacional de electricidad EDF, lo que no está a nuestro alcance, fruto de un ambiente hostil hacia lo público. Vemos cómo España no sufrió una fuerte recesión en el inicio de la crisis financiera de 2008, aunque fue la más dañada en la crisis del euro de 2011 a 2013; ahora, dentro de la gravedad, con unas políticas más acertadas el riesgo de recesión es relativamente bajo. El coste de evitar la recesión es aumentar la deuda pública sobre el producto, que en la UE no empezará a bajar significativamente hasta 2030, cuando los gastos e ingresos públicos se acomoden; afortunadamente los diferenciales de tipos de la deuda española aguantan respecto a la alemana.

Veo a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos en su "breve, enfocada y directa" intervención en Jackson Hole, Wyoming. Asume de manera incondicional la responsabilidad de reducir la inflación, por lo que va a seguir subiendo los tipos de interés para bajar la demanda de consumo; si esto afecta al crecimiento y empleo, es un mal menor frente al daño de que la expectativa de aumento de precios se alimente a sí misma. No menciona al gobierno, porque cada uno se ocupa de lo suyo, y la política monetaria es hoy en última instancia la responsable de mantener los precios, pero muestra cierta insensibilidad hacia familias y empresas, que entiende tendrían que cambiar comportamientos de consumo y producción. Así son las cosas en un mundo adverso, donde como dice James Bickerton, presidente global del banco HSBC, no se trata de levantar una palanca y de pronto el mundo se arregla, sino de mejorar con ajustes finos cada parte del conjunto. Pero para esto hay que tener paciencia, perseverancia, visión y menos acrimonia en las formas con que se plantean las discusiones y las políticas: definitivamente, no necesitamos tanto pensamiento negativo.

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