Propaganda y cortoplacismo
Paseando por un erial
Mañanita de lunes más veraniego que otoñal y caminata matinal que toma como escenario la Cartuja para contemplar un paisaje rayano en lo desolador. Sin apenas viandantes, la visión del canal es deprimente, como un reino del abandono lleno de yerbajos y restos de lo que fue cuando tenía protagonismo. ¿Cuál será el futuro de ese trayecto fluvial en catamarán que te ponía en un periquete en el corazón de la Muestra? ¿Y el auditorio Rocío Jurado? ¿Cómo puede haberse destrozado de esta manera uno de los espacios que protagonizaron los fastos del 92? Y de aquel juguete que fue Andalucía de los Niños para qué hablar. Ya, ya sé que la parte positiva también existe, pero bien podría haberse extendido ese mundo que remata en las escuelas superiores o en el centro de investigaciones que puso en marcha el gran Manuel Losada Villasante. Hacía tiempo que un servidor no se movía por los terrenos de la Expo, pero en esa mañanita de lunes nada otoñal fue tristona la impresión, demasiado deprimente.
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