Chico conoce a chica. Hablan, intercambian opiniones, se invitan a una copa y terminan enamorándose. Viven una apasionada historia de amor que termina truncándose cuando ambos descubren quiénes son en realidad. Ella, estrella del pop, es ídolo entre los adolescentes; él, político convencido, se postula como presidente del Gobierno en las próximas elecciones. Sus carreras profesionales los empujan a dejar a un lado el romanticismo para que prime la compostura. Ambos siguen con su vida pero se echan de menos y vuelven a las andadas. Se ven a escondidas, protegidos por fornidos guardaespaldas y se mandan mensajes secretos encriptados en letras de canciones y frases de mitin. Todo fluye, hasta que la prensa, avispada y siempre al pie de la noticia, deja al descubierto su amor. A ella dejan de comprarle discos y él cae en picado en todas las encuestas. Vuelven a distanciarse. Hasta que de pronto un día, en un multitudinario concierto y tras una tierna canción, ella lo invita a subir al escenario -casualmente él está dándolo todo entre el público-, sube y se funden en un apasionado beso. Ella vuelve a estar entre las artistas con más discos vendidos, él consigue ser presidente y ambos celebran una boda por todo lo alto.

Con diferentes actores y emitida en distintos tramos horarios, éste bien podría ser el argumento de una película de Antena 3. Previsible, almibarada y tremendamente mala, la cinta aglutina todos los clichés habidos y por haber para resultar un fenómeno de masas. Tanto es así, que el argumento acaba saliendo de la gran pantalla y se convierte en una historia real. Salvando las distancias, que ni Malú es de las que se casan ni Rivera de los que llegan a presidente. Pero su tórrida historia de amor tiene todos los ingredientes para ser película de sobremesa de Antena 3. Ella, una cantante reconocida -con una vida sentimental que suscita todo tipo de interés por su oscurantismo-; él, un pan sin sal en la política -aunque yerno perfecto para muchas madres de este país (ojito, que el Urdangarín también le molaba a las madres y mira por donde nos salió). Ella, sobrina de Paco de Lucía, él, buscador del sol que más calienta y chaquetero profesional. Los Paquirri-Pantoja del siglo XXI, la relación que el pueblo necesitaba, la película perfecta si lo que se quiere es dormir la siesta.