Análisis

Fátima Herranz

Sin perspectivas de recuperación hasta primavera

La Comisión Europea ha sido el último organismo en rebajar las previsiones de crecimiento económico de la Eurozona y, en particular, de España. En términos generales, prevé una contracción en este último trimestre del año que se mantendrá en los primeros meses de 2023, de forma que hasta primavera no comenzará a observarse una recuperación de la actividad económica a medida que las presiones inflacionistas se moderen.

En su informe de otoño, la Comisión ha recortado la previsión de crecimiento de la economía española para 2023 a un 1% anual, lo que representa 1,1 puntos porcentuales menos que su anterior estimación. A pesar de ello, esta tasa es considerablemente más alta que la proyectada para otros países del entorno. Francia (+0,4%) y especialmente Alemania (-0,6%) mostrarán un menor dinamismo, en gran medida por la tardía recuperación de nuestra economía tras la pandemia y por la menor exposición a la crisis energética. En conjunto, la Eurozona apenas crecerá en 2023 un 0,3%.

Este deterioro de las perspectivas de crecimiento ha venido acompañado de una actualización de las previsiones de inflación, situando a España como uno de los países donde los precios crecerán con menor intensidad en 2023 (4,8%). A su vez, el traspaso de los precios de la energía y los alimentos a otros bienes y servicios de la cesta de la compra mantendrá elevadas las tasas de inflación subyacente.

El escenario de menor crecimiento y elevada inflación se trasladará al mercado laboral, frenando la positiva tendencia observada este año en Europa. No obstante, en el caso de España se prevé que la tasa de paro se mantenga por debajo del 13% en 2023.

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