Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

El secreto, la revalorización de activos

El Sevilla, gracias a la plusvalía de sus figuras, sigue dando dividendos para envidia del fútbol

Digno de elogio es cómo en la modélica gestión sevillista se encuentra el apartado de la revalorización. Futbolistas cuasi desconocidos que vistiendo la camiseta del Sevilla alcanzan una plusvalía que suele reportar pingües beneficios a la entidad. Comprar barato y vender caro es el secreto de un club que hasta es pionero en remunerar a sus ejecutivos y, más raro aún, en algo tan insólito como lo de repartir dividendos a su accionariado.

Ya sé que también está la cruz de futbolistas que no dieron de sí lo esperado y algunos hasta comprados a precios desorbitados para su valía. Son casos inevitables, pero la mayoría de los jugadores que importó Monchi han sido y son ciertamente rentables, muy rentables. Y así nos damos hogaño con varios casos de rentabilidad indiscutible. Uno es el del antes vituperado De Jong y que, a fuerza de goles importantes, ha vuelto a donde ya no esperaba, a la selección holandesa.

El gol que le dio al Sevilla el triunfo en el derbi del pasado curso en Villamarín fue la llave que le abrió el corazón del sevillismo. Como más recientemente En-Nesyri, que ha pasado de villano a héroe en un abrir y cerrar de ojos. Aquel mano a mano errado ante Neuer le complicó bastante la vida al marroquí, pero su excelente testarazo ante el Levante en la última campana hizo que la hoja fuese del haz al envés para abrir unas perspectivas de futuro inmejorables.

¿O qué decir de esa pareja de centrales que componen el hercúleo Diego Carlos y el astuto y elástico Koundé? No llegaron, precisamente, a precio de saldo, pero las ofertas por ellos vienen en cascada y con unas cláusulas astronómicas nadie duda de que serán una fenomenal fuente de ingresos a una caja ya bien repleta. Ésa es la fuente que permite que la vaca dé tanta leche como está dando y que es la envidia de todo un universo entristecido por culpa de un panorama desolador.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios